Tras aquella noche y el campeonato, Gavi venía a buscarme todos los días a casa para llevarme a dormir con él.
A veces no dormíamos como tal.
Aunque en aquella ocasión, nos dimos el susto del año.
– ¡GAVI!
Abrí los ojos mirando al nombrado, que estaba a mi lado.
– Mierda, mi madre.– soltó.– Vístete, rápido.– murmuró mientras se levantaba y agarraba el bóxer del suelo.
Yo le imité cogiendo mi ropa interior y me la puse rápidamente, le robé la camiseta y lo miré.
Llevaba el pantalón corto que llevaba hasta hace una hora.
– Ponte un pantalón y sal, voy a distraerla.– susurró.
Asentí y tras darme un beso salió de la habitación.
Yo agarré uno de sus pantalones cortos y tras cambiar las sábanas, abrí la ventana y coloqué mi ropa en un cajón de su armario.
Después salí de la habitación y escuché voces en la cocina.
Entré y Belén me miró con una sonrisa.
– Ay hija, me había dicho Gavi que estabas durmiendo, siento haberte despertado.– murmuró levantándose del taburete en el que estaba y me abrazó.
– No te preocupes Belén, he dormido bastante.– mentí.
Ella me sonrió y acarició mi cara.
– Solo venía a recordarle a Gavi que este fin de semana tenemos la boda su primo.
Lo miré y él me miró fijamente.
– Me acuerdo mamá.– murmuró él.– Por cierto, ya puedes devolverme mis llaves del piso, ya no tienes que vigilarme.
Belén sonrió y le dejó las llaves en la encimera.
– Como se te olvide, pienso tirarte de las orejas hasta que te crezcan. ¿Me has oído?
Él asintió y tras darle un beso a su madre se acercó a mí.
– Siento no habértelo contado antes, pero quiero que vengas conmigo.
– No te preocupes, no tienes que invitarme si no quieres.– murmuré.
– Ya estabas invitada, pero lo que se me había olvidado era decírtelo.
– ¿Estás loco? No tengo nada que ponerme.
Sonrió y entonces fue a su habitación y cuando volvió me enseñó un vestido precioso.
Era rosa pastel, largo y fino.
– ¿Te gusta?– preguntó.
– Gavi, no tenías por qué.– dije acercándome y acariciando la tela del vestido.
– Estoy seguro de que va a quedarte increíble.– dijo.
Le hice un puchero y me abrazó sonriendo.
– Venga boba, vamos a comer algo y dormimos juntos, que estoy muerto.
Antes de comer nos dimos una buena ducha y después hicimos ensalada de pasta para comer.
Tras aquello nos tumbamos en la cama y me abracé a él.
Él se quedó dormido y a mí me vibró el móvil.
Aixa 💘
¿Sigues en casa de Pablo? Era por si querías acompañarme más tarde a comprar unas cosas.
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𝐇𝐎𝐖 𝐃𝐄𝐄𝐏 𝐈𝐒 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐄 +18 | Pablo Gavi
Ficção AdolescenteLaia ha estado años dedicándose a la gimnasia artística y ahora debe practicar en uno de los mismos lugares que gente igual de reconocida que ella, el equipo del FC Barcelona, aunque el encuentro con cierta persona, será algo que va a causarle probl...