Todos sabemos que ser adolescente es una experiencia totalmente diferente para cada ser humano que ha logrado seguir o mantenerse vivo hasta este punto tan tedioso de la vida, ¿Alguna vez has escuchado el dicho "cada cabeza es un mundo"?, ahora te i...
Los días pasan, todo parece estar en un bucle. Soy feliz, pero no siento nada, es raro pensar como una vez pude sentir tantas chispas en mi interior, y que ahora solo sienta cenizas volando por todo el ambiente. Muchas veces cuestiono el hecho de si estoy haciendo las cosas bien, soy consciente de que soy una maquina expendedora de errores, soy una historia trágica en el libro de la vida.
No veo la necesidad de pensar en partir en tan poco tiempo, no soy quien para quitarme algo que ni siquiera soy digno de tener, la vida que tengo ni siquiera es mía, es de aquel que pago un precio incalculable, pero me da vergüenza mirarlo a la cara, me da vergüenza el solo hecho de pensar que él dio todo por mí, y yo no siento nada, estoy desabrido.
Es una pena ver que no hago nada de servicio, y cuando lo hago, no esta hecho con pasión, solo lo hago para poder por lo menos tener las agallas de decirle, "gracias por un nuevo día". No me siento para nada digno de seguir adelante, ahora nada tiene sentido para mí. Volví a caer en el bucle de la mancha microscópica que reside en el basto universo creado por su padre.
Es vergonzoso pensar que él todos los días pone su absoluta atención en mí, y yo simplemente meto la pata, queda mas que claro que no merezco ni el suspiro de la mañana, y la pregunta más constante e insistente es: ¿Por qué sigues aquí?, a veces pienso que soy un estorbo, y por ende debería ceder el lugar que estoy ocupando. No me quiero separar de Jesús, si lo hago, seria firmar mi acta de defunción. sin él soy solo un pedazo de carne, pero con el por lo menos se que hay una esperanza fuera de este mundo lleno de porquerías.
Es tedioso pensar todo, sentir vergüenza, pena, miedo, angustia, asco de mi mismo. Porque si, eso es lo que pienso de mi cada vez que recuerdo y me doy cuenta de que le he fallado. Me cuesta acercarme a el y decirle cosas, porque siento que no tengo cara ni derecho de hacerlo, aun así, el me llama todos los días a su encuentro, pero en mi total inmoralidad, pienso mil veces en pausar todo, desaparecer hasta que de mi boca salga un "ya no más".
Es increíble pensar que aun así el me ama de tal manera, mis vestiduras blancas están tan sucias, que creo no poder acercarme al lugar santísimo, la barrera entre nosotros dos la veo cada vez mas y mas grande, siento que me estoy separando de mi amor.
Quiero correr a sus brazos, pero mi cuerpo solo quiere estar sentado esperando su final sin sabor y desdichado, pero esto no es lo que alguna vez Dios me mostro que quería para mí. Siento tanta pena de no cumplir con sus expectativas.
Solo quiero volver a sentir la chispa de aquel momento en el que me miraste a los ojos y me dijiste: "mi amado", quiero volver a sentir todo eso de nuevo, pero por desgracia estoy en el bucle de la mancha microscópica que reside en el basto universo creado por su padre.
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