Capítulo 6

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CARLA

Sabía que no era correcto lo que estaba haciendo, pero tenía que mantener la distancia con Christian. Es por eso que decidí no asistir esas cenas familiares, en el fondo yo sé que Samuel también sepa por qué lo hago.

Ese día estaba sola, quería relajarme un poco, igual también decidiré bañarme en jacuzzi o algo.

Oí sonido de las puertas y primero que se me pasa por la cabeza es que quizás Samuel olvidaba las llaves.

Abrí las puertas, pero me encontré con el otro García, el hijo menos querido, el que es más víctima y más imperfecto, lo que le hace ser más atractivo.

-Hola, preciosa – susurra con una sonrisa

-¿Perdón?

Él entra adentro y sin mi permiso.

¿Quién se cree que es?

-¿No estás en la cena? – dije

-Qué va, me aburren, sobre todo si tú no estás allí.

-¿A qué viene esto? ¿Qué te pasa? – dije molesto

Él sonríe, acercándose hacia mí.

-A mí no me engañes, Carla... los dos sabemos por qué te casaste con mi hermano, no soy tonto aunque no podría decir lo mismo por mi hermanito.

-No le faltes el respeto, Samuel es un hombre maravilloso.

-Claro, Samu es perfecto, el mejor en todo y yo todo lo contrario, ¿no?

-Por favor vete, ¿sí?

-Carla, tú siempre me gustaste, pero nunca tenía coraje para decírtelo, por eso siempre estaba con otras, seguía coqueteando con otras porque tenía miedo de ser rechazado.

Acaricia mi mejilla, aunque quiero besarlo y estar con él, no puedo... soy una mujer casada, no es lo correcto.

-No puedo, tú tienes que irte.

SAMUEL

Después de terminar con la cena me fui a un bar, no soportaba estar en casa sabiendo que aún me sentía como si me case con una mujer que quiere a otro hombre.

-Dame otra – dije al camarero

-¿Qué tal, guapo?

Di vuelta y vi a ella, la misma de siempre, la misma que sigue corriendo detrás de mí, aunque soy un hombre casado.

-Vaya, parece que me estabas siguiendo o que – dije molesto

Así es mi excompañera de colegio y siempre hemos sido buenos amigos, pero ella siempre quería más que eso.

-¿Yo?

-Por favor, solo vine hasta acá para poder disfrutar del silencio, no necesito compañía tuya.

-Me parece que me necesitas mucho más de lo que quieres admitir.

-¿Qué sabrás tú? – dije riéndome

-Bueno, empezando por el hecho de que tu querida esposa no se encuentra de tu lado significa mucho.

Odio oír esas palabras, quizás Carla no me quiere, pero eso no significa que no puede llegar a quererme.

-Mi matrimonio con Carla no puede ser más perfecto, lo pasamos bien y lamento mucho que tú no lo puedes entender.

-Ay, por dios... tú mismo sabes que Carla siempre ha sido y siempre estará colgada por tu hermano. El problema ahora es que tu hermano abrió los ojos bien y puede devolver esos sentimientos que antes no pudo – susurra

Cada palabra suya era como un veneno, esta vez no podía darme por vencido, tenía que luchar por lo que quiero y yo quería que Carla me quiera con la misma locura que yo a ella.

¿Es mucho pedir eso?

Amarte duele - CARMUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora