Amarte duele - CARMUEL

Capítulo 21

CARLA

El tema de Marina no me dejaba en paz, odio que Samuel es tan ingenuo y bueno que no se da cuenta.

Pero, por otro lado, tampoco se daba cuenta de la verdadera razón por la que yo quería casarme con él.

Decidí pasar por la empresa para sorprender a Samuel, con quien me encontré primero era Christian.

-Que raro verte por aquí - susurra

-Estoy buscando a Samuel.

-Está en una reunión importante, con ese Nunier y su hija.

Hm.

Marina, de nuevo.

-Claro, con ella también.

-¿Te molesta o qué?

-A mí me molesta que no tengo tiempo a solas con mi marido porque él siempre tiene que estar encargado de todo en esta empresa.

-No lo es, pero tiene que estar en cargo de este cliente, además yo estoy encargado de todo lo demás, creo que ya era lo suficiente de estar viviendo en la sombra de mi hermano.

Me siento mal por él cuando habla así, pero yo vine hasta acá solo para marcar mi territorio.

-¿Cómo es ella? ¿Qué clase de persona es Marina?

-Muy guapa, no sé, está metida en negocios familiares con su padre y parece que le encanta mi hermanito.

Ya.

-Pues, tu hermano está ocupado, está casado conmigo y lo siento mucho, pero va a tener que cuidar mucho de cómo se comporta.

Estaba hablando como si estuviera celosa o quizás si lo soy.

SAMUEL

Se me hizo muy larga esta reunión con Marina y su padre, pero no podía terminar así sin explicarles todo.

-Me encantan tus ideas, Samuel – decía él

-Ya te dije, papa... que Samuel es un hombre muy serio y trabajador – comenta Marina

Cuando terminas todo, su padre ya se había ido y Marina quedo.

Aún sigo pensando que Carla estaba exagerando un poco, Marina es solo buena persona y desea formar una amistad conmigo.

-¿Qué te parece si nos vamos a celebrar este contrato juntos? – decía ella al acercarse

-Vamos a tener que dejarlo para otro día, perdóname.

-Tranquilo, yo estoy disponible cuando quieras.

De repente, Carla entra en la oficina, la verdad es que no esperaba verla aquí hoy.

-¿Llegue en un mal momento? – dice ella al cruzar los brazos

-Qué va, nunca es mal momento.

Marina me abraza y me da un beso en mejilla, así despidiéndose.

-¿Y esta visita tan inesperada? – dije al besarla en los labios cuando ya estábamos a solas

-Pensé que te gustan las sorpresas, al menos cuando vienen de mi parte - susurra

-Me encantan, preciosa.

-¿Ya terminaste con tus reuniones?

-Todo terminado, ahora soy todo tuyo.

Ella me besa en los labios apasionadamente, me quería dejar llevar, pero estábamos aquí en mi oficina.

-Te tengo buena noticia – dije - ... Creo que mañana por fin podríamos irnos a la cabaña y pasar allí toda la semana.

-Me parece perfecto.