Capítulo 3

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El doctor Helmut Marko, el médico de cabecera de la familia Sainz, junto al pediatra Pedro Rodríguez, su esposo, atendieron a la pequeña Ariel y declararon que era una saludable bebé de siete meses.

Helmut entendió la situación de los chicos y como muestra de apoyo, les ayudó a sacar los documentos necesarios para su adopción, por lo que dos horas después, oficialmente, Ariel Sainz Schumacher Ricciardo Norris formaba una nueva vida con cuatro padres amorosos.

(Sainz no dejó pasar la oportunidad y cuando desviaron la atención, puso su apellido primero.)

Sin embargo, Marko les aconsejó guiarse y tener un abogado cerca, en caso de que la madre quisiera de vuelta a Ariel, y sin más los despidió no sin antes recordarles todos los cuidados que una pequeña de 8 meses necesita.

Por lo que ahora se encontraban en una cafetería del centro comercial, planificando su recorrido y compras.

-No creo necesario comprar una cuna, es muy tranquila cuando duerme -argumentó Ricciardo. -Además si la compramos, ¿dónde lo pondremos?

Los demás chicos asintieron en acuerdo porque los cuartos no son pequeños simplemente ellos tienen demasiadas cosas. Sainz alimentaba a Ariel con papilla de mango, que les regalaron los doctores, con cuidado de no manchar nada pues Ariel parecía emocionada con el entorno y se removía demasiado.

-Pero definitivamente necesitamos comprarle ropa, como mínimo tres cambios por día -propuso Sainz.

-¡Y juguetes! -chilló emocionado Norris -el doctor Rodríguez dijo que empezaría a gatear, sería bueno también conseguirle un tapete y arreglar un espacio para ella.

-En la sala sería bueno, así podemos verla todos y correr con ella en alguna emergencia -reflexionó Max -si quitamos la mesa de centro y compramos un tapete de juegos...

-La mesa podemos dejarla en mi departamento, para que no estorbe en el suyo -respondió Lando.

-Oh, ¿compraremos una silla para ella? -Daniel preguntó, provocando que todos analizaran bien la situación. Probablemente fuera necesario, pero les encantaba cargar con Ariel y tenerla en sus brazos, por lo que desecharon la idea.

Con los planes en mente se dirigieron a las diversas tiendas del centro comercial por separado, Max y Carlos se fueron juntos para comprar los juguetes y accesorios, mientras Daniel y Lando tenían la misión de comprar la ropa junto a Ariel. siendo muy entusiastas con su misión.

-¡Mira este trajecito! Es perfecto -gritaba Lando enternecido, la emoción era palpable en el ambiente, para ambos la idea de ser padres les era maravilloso por lo que no pensaban escatimar en gastos para comprarle ropa a Ariel y es así como, por el momento, Daniel tenía los brazos repletos de vestidos, trajes, gorros y pijamas de todo tipo.

-También llevemos este pijama de estrella -le secundó Daniel, señalando la prenda como podía y Lando se la puso en los brazos.

-Creo que con eso es suficiente, ¿no es así, Ariel? -le dijo a la bebé en sus brazos mientras le besaba las mejillas y la pequeña reía divertida por la atención, Daniel sólo los miraba con anhelo y amor.

-Entonces paguemos y esperemos a que los otros dos terminen -Lando asintió de acuerdo, la cajera de la tienda que había estado viendo la interacción les sonrió enternecida cuando se acercaron.

-Buenas tardes, les empezaré a cobrar, ¿está bien? -ambos asintieron -son una familia encantadora, ¿es su primera hija? -pregunta suavemente.

Daniel y Lando voltean a verse, no es la primera vez que los confunden con una pareja, las bromas sobre esta situación iniciaron en su trabajo pues se la pasaban pegados todo el tiempo que podían, pues no veías a Daniel sin Lando a su lado, fue así como incluso ellos empezaron a bromear con ello.

El veredictoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora