Es oficial.
Perdieron a su princesa, su rayito de sol.
Y no pueden hacer más que desearle una buena vida.
Tranquilos al menos de que estaría en buenas manos, con...
Sus verdaderos padres.
Nico y Lewis habían celebrado enormemente, extasiados de haber encontrado su preciado tesoro, que haya vuelto a sus brazos. Y a pesar de la aflicción que golpeaba sus ya destrozados corazones, se resignaron, dejándola partir y regresar a donde pertenecía.
No había otra opción.
Sólo pudieron observar como su pequeña princesa, su Ariel, pasaba a los brazos de los Hamilton que en cuanto la tuvieron con ellos la habían recibido con infinidad de besos y abrazos, colmándola del amor que habían aguardado exclusivamente para ella, estas acciones como un bálsamo para sus corazones.
Aunque aquello también destrozaba otros tantos, que habían caído en llanto, aún si fue por diferentes razones.
Carlos se había refugiado en los brazos de Charles y el matrimonio Räikkönen, que lo habían rodeado con cariño, Kimi se quedó a lado de ellos mientras Sebastian consolaba a los otros cuatro y felicitaba a los alegres padres de Doriane.
Fernando y Lance repitiendo las acciones de Sebastian, sin embargo, tuvieron que seguir atendiendo unos asuntos en la corte por lo que fueron breves antes de seguir en su labor.
Porque incluso cuando llegaron al hogar de los Hamilton, sus ánimos no habían cambiado, un alto contraste con las sonrientes caras de Nico y Lewis quienes sostenían a una risueña Doriane que les aplaudía y reía feliz.
La mera escena protagonizada por aquella familia recién formada les entristecía un poco más, aunque intentaban mostrarse alegres por ellos.
Después de todo, habían ayudado a un bello y anhelado reencuentro.
Sin embargo, eso no les impedía sentir que aquello les quemaba en el alma.
—Es bueno verlos tan felices, estoy... estamos —se corrigió Sergio, hablando en nombre de todos aquellos que fueron padres de Ariel, —realmente conmovidos por su reunión, sabemos cuánto han esperado por estar con Doriane —inspiró aire profundamente, reuniendo fuerzas sintiendo a Max abrazar sus hombros en apoyo. —Que su vida esté llena de momentos de felicidad, que les acompañe el regocijo y la alegría en cada etapa de su vida, lo deseamos de corazón —terminó su discurso y sin poder evitarlo, las lágrimas habían vuelto a recorrer sus mejillas.
—Yo... —habló Lewis realmente conmovido por las palabras de Sergio, —te lo agradezco, gracias por todo, hermano —y atrajo a Sergio a un abrazo fraternal, aquel que ambos necesitaban.
—Gracias, por traerla a casa, por haber cuidado de ella, y —dijo ahora Nico entre lágrimas de felicidad, besando la mejilla de Ariel que los miraba intrigada tratando de entender, —ser los padres y amigos que tanto necesitamos.
—La extrañaremos —anunció Lando, —será su hija y todo, pero también es nuestra princesa —aún entre sus sollozos pudo sacar unas pequeñas risas.
—Siempre serán bienvenidos —exclamó Lewis separándose de Sergio con un par de palmadas en sus hombros, ambos con radiantes sonrisas, apretando ahora la mano de Max, —pueden venir a visitarla cuando quieran —miró a los ojos a Max instando la confianza.
—Gracias —murmuró Max atrayendo a Lewis a un abrazo para hacer lo mismo con Nico, —muchas gracias.
—No será necesario pedir que la cuiden —aseguró ahora Carlos, con voz firme después de haberse desahogado con su novio y sus suegros, —está ahora con sus verdaderos padres, en las manos más amorosas que jamás conocerá —se acercó a Nico que seguía abrazado a Max, besando la frente de Doriane.
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El veredicto
FanfictionUna noche de lluvia es perfecta para ver películas con chocolate caliente y comida chatarra, para abrigarte con todas la cobijas que encuentres y vestirte con tu pijama más cómoda, tan perfecto como para encontrar una bebé en la puerta de tu departa...