Capítulo 19.

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Sergio corría por toda la propiedad de los Schumacher huyendo de un peligro mayor, que iluso fue, al pensar que su mayor obstáculo sería Michael, ignorando y pasando por alto el verdadero peligro dentro de los Schumacher.

Jos Verstappen de Schumacher.

El hombre, a pesar de ser una persona mayor, corría detrás de él con gran velocidad pisándole los talones y detrás de ellos podía ver al resto en los bancos del gran patio, con Michael y Mick apoyando con entusiasmo a Jos mientras retenían a Max, que cargaba a Ariel, evitando que detuviera, lo que ellos llamaban, "el rito de iniciación".

—¿Desde cuándo tenemos un "rito de iniciación"? —preguntó Max confundido viendo como su esposo huía de su madre para evitar que lo alcanzara y lo amarraran al tronco de un árbol.

—Desde hoy —respondió su padre con una sonrisa que le provocaba todo menos tranquilidad.

—Pero ya conocen a Sergio —replicó Max con una mueca al ver como su madre tacleaba a su esposo amarrándolo con ayuda de Mick que se había acercado en cuanto cayó Sergio.

—Lo sé —su padre asintió de acuerdo, acercándolos a la escena del crimen con un brazo alrededor de los hombros de Max para evitar que se adelantara, —pero este es su recibimiento a la familia —concluyó alegre como si no estuvieran torturando a su pobre esposo enfrente suyo.

Cuando Jos se alejó del cuerpo inerte de Sergio para acercarse a ellos fue el turno de Michael de acercarse a su querido yerno después de besar tiernamente los labios de Jos, felicitándolo y alabándolo por su gran esfuerzo.

—Arriba, amigo —dijo Michael a Sergio palmeando su mejilla con un poco de agresividad, después de desatar sus ataduras dejándolo caer al piso, aunque Michel decidió permanecer ahí recuperando el aliento después de todas las zarandeadas que le dio Jos.

—Cinco minutos más —pide en un susurro, reflejando su agotamiento y su falta de aliento.

Michael sólo se ríe, antes de ayudarlo a levantarse, sacudiendo sus ropajes y con ello la tierra que lo cubría, para atraerlo a un abrazo fraternal frotando su espalda.

—Bienvenido a la familia —exclama Michael en cuanto se separan y, como una señal, Mick se acerca con entusiasmo abrazando a su cuñado, seguido de un renuente Jos que simplemente apretó su mano.

—Haces llorar a Max y eres hombre muerto, Pérez —amenaza Jos soltando su mano su rostro serio cambia rápidamente por una sonrisa, —esperamos con ansias la boda oficial —dice acercándose ahora a Michael que lo rodea con su brazo de forma cariñosa y recibiendo un beso en su mejilla.

Max por fin puede acercarse a su esposo, con pañuelo en mano, limpiando el barro que quedó en su rostro, la preocupación y la diversión arremolinándose en su pecho conflictuando su sentir.

Sergio, viendo su batalla interna, se ríe antes de jalar a Maxie para acercarlo a un beso tierno e inocente, consciente de que sus suegros le observan aún con recelo, al separase peina los cabellos de Ariel y besa su cabeza antes de levantar la mirada. Enreda su mano con la de Max como un gesto reconfortante para ambos, enfrentando de frente a sus suegros y su cuñado.

—Siendo que oficialmente ya soy parte de los Schumacher, los invito cordialmente a venir con nosotros a ver a mis padres en México —informa con diversión Sergio, como otro gran paso para formar la familia deseada junto a su esposo, —sería un honor que fueran con nosotros y conocieran a mi familia —su sonrisa se agranda, así como la de Max, a la espera de una respuesta afirmativa, —estando todos reunidos podremos acordar los detalles para la boda.

—¡Yo sí quiero! —grita Mick efusivamente, brincando de emoción por la aventura que significa conocer otros lugares, —será tan divertido, oh, iré a mi cuarto debo arreglar mi maleta, me llevaré a Ariel —la toma con cuidado y con la misma fuerza de Jos, sale corriendo rápidamente a su habitación sin esperar las explicaciones de Sergio.

El veredictoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora