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El rubio sale de su ducha envuelto en una bata al salir ve al mayordomo que inspecciona el cadáver.

- señor que bueno que este bien, desea atención médica?

- no, no es necesario —el rubio observo su cuarto con notable disgusto.

- señor quiere que aliste un cuarto? Este probablemente esté en limpieza toda esta noche y el resto del día, déjeme llamo a los sirvientes..

- Tampoco es necesario el apuro.. déjalo así, cuál es el cuarto de missa?

El mayordomo entendió dirigiéndose a la salida guiando a  su amo por los pasillos para quedarse parado enfrente de una puerta lejos del cuarto de philza lejos de los cuartos de huésped, el rubio soltó un suspiro mirando atrás pensando el tramo de su cuarto al cuarto de missa.

- está lejos —dijo sin más el rubio aún mirando el largo pasillo.

- si señor, desea entrar?

Los oji celestes cansados con duda pone sus manos en el pomo de la puerta abriéndola viendo el cuarto de una manera.. rústica.

Philza miro los estantes el escritorio todo siendo ya viejo pero tenía su presencia rústica.

- el señor missa era muy bueno en tallado, hacía peines con hueso y se vendía como pan en las mañanas —dijo el mayordomo al ver cómo su amo miraba el peine que estaba en el escritorio.

- por qué no dijo nada? —el ya sabía la respuesta "por qué nunca le interesó"

El mayordomo se quedó en silencio escuchando los sollozos de su amo, estuvo un buen rato el rubio ahogado en sus penas para luego sentarse en aquella silla del escritorio viendo el espejo los bordes algo.. pasados.

- el señor missa era muy hábil..

- si.. todos se dieron cuenta de lo capaz que era.. a excepción de yo al ser el único ciego.

...... .

Philza siempre escuchaba una historia de misa pues era el único consuelo que tenía ya que ni el  cuerpo de su esposo estaba allí si no en otro país lejos de el, al estar solo se echaba en la cama sin dar indicios de levantarse y el mayordomo tenía que traerle la comida..

El rubio cuando estaba a solas revoloteaba en la cama oliendo el casi indetectable olor de missa aún así es un tranquilizante para su tiempo de calor, sus plumas se erizaban recordando los besos robados por missa pensando en que hubiera pasado si no lo hubiera detenido con una cachetada aquella vez en los establos, su cabeza ya andaba armando escenas poniéndolo ansioso y hambriento de más pero se despertaba de su fantasía recordando estar solo.

Haciendo que el se ponga triste ahora llorando, llorar era lo único que podía hacer haciéndose bolita en la sabana para reconfortarse en el calor de esta.

...... .

El día de philza comenzo en la oficina arreglando unos papeles en eso el mayordomo vino.

- señor

- que sucede?

- señor... los empleados se van

- eso por qué?

- .... por la invasión del Reino Amatissian Hetmanate y a la cabeza está el príncipe heredero spreen de Luque.

- ya veo... Dejalos ir y dales su paga del mes —escucho a poco rato la puerta cerrarse miro por la ventana de su oficina y se levantó de su lugar caminando por los pasillos todo estaba tan bonito pero a la vez frío deteniéndose en una puerta.

Oh! Cómo conocía esa puerta aquella que ahora era su pequeño refugio, estaba allí pero no sé atreve tocarla esa puerta es el cuarto de missa tomo nervioso el pomo de la puerta viendo el cuarto intacto las cosas la cama lo ordeno dejándolo como estaba, es una lastima que el tenue olor de missa ahora era reemplazada por la suya.

Siguiendo ver esos muebles viejos que no se atrevió a moverlos tocando nuevamente las bases de estos taradeando una canción perdido en sus pensamientos, topandose con su reflejo viéndose aquellos ojos vacíos, tristes y cansados sentandose en la silla abriendo uno de lo cajones viendo el peine.

Se miro por el espejo nuevamente viendo aquel desastre andante que era, se paso el peine por su pelo deseredandolo sin dañarlo en el proceso quedando fascinado por el resultado viendo su imagen más ordenada.

" Te ves hermoso "

- gracias —agradecía a la nada con una amplia sonrisa, su cerebro le recordó el día de su boda en el pequeño banquete cuando misa le susurraba al oído pequeños cumplidos, en ese momento no le daba importancia y solo respondía genuinamente para seguir saludando a los aristócratas y mostrando su nuevo juguete, su trofeo.

MISERABLES - DEATHDUO.. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora