Odiaba la hechicería, por más que corriera por sus venas.
Hilos por aquí, hilos por allá, siempre haciéndole recordar que librarse de sus raíces era correr en círculos.
Ella solo quería ser una no-hechicera, con una vida normal y tranquila. No querí...
Casi una semana había transcurrido. Se topó con Satoru Gojo, pero siempre con la intención de molestarla con algo que se le ocurriera en el momento. Pero las veces no pasaban de dos. Por lo que pensaba, estaba comenzando a tener suerte si de a poco iba cruzándoselo menos.
Se apresuró a llegar a clases, esperando encontrar ahí a Keina Arai.
El jueves por la tarde asistió a kyudo y coincidió con Jouji que no había ido el día anterior por haberse quedado estudiando para un examen que tuvo por la mañana. Allí mismo, su amigo le hizo recordar que estaba esa feria del otro lado de la ciudad la próxima semana, al igual que el lunes, pero lo olvidó.
Por lo tanto, decidió proponerle ese plan de ir a la otra muchacha apenas encontró un momento en la clase para no volverse a olvidar. Pero para su sorpresa, recibió un mensaje que no esperaba:
"Ya me invitó un chico".
Desde ahí, por más que insistiera, no le respondió más. Y quería detalles. ¿Quién sería? Lo que más la ansiaba, es que tenía a alguien en mente.
No podía vivir con la duda.
Buscó con la mirada a su amiga apenas llegó al salón, descubriendo que ya estaba sentada con el teléfono en manos. Siempre solía llegar más temprano.
Apuró su paso entre los bancos para sentarse a su lado y verla intensamente, así sentía la presión.
—¿No piensas decirme quién es el galán?
No pudo retener por más la gran sonrisa que surcó sus labios con diversión y emoción, pero no hizo más que poner nerviosa a la muchacha.
—No— apenas sacudió la cabeza, provocando que ______ inclinara la suya para tratar de dar con su mirada.
—Por favor— suplicó sin borrar la curva de sus labios —. ¿Por qué tanta maldad conmigo?
—Porque... no te diré.
Notaba que le faltaba una excusa.
—¿Es alguno de los que rechazaste que ahora te convenció? Porque si fuera el líder del club no estarías así de nerviosa.
Picó uno de sus hombros con picardía. Años de conocerla. Estaba claro que su reacción se debía a algo así.
—No— negó viéndola con intensidad, inclinando su cabeza en su dirección —. No te dará nada si no lo sabes.
Frunció los labios en un puchero, tratando de convencerla con una mirada de súplica como la de las películas. Pero al no ver resultados, optó por rendirse momentáneamente.
—Bien, ve con tu amorcito. Iré con mi amigo de kyudo.
—¿Quién?
—No te dará nada por no saberlo— la imitó con diversión, haciendo que Keina rodara los ojos con de la misma forma.
Arai quedó callada. Sabía que si le decía que quería contárselo, ella se enojaría, y eso haría que en verdad se molestara. Por su parte, Ito realmente ya se hacía una idea por su llamado al silencio. Debía de ser algún Tokuda con el que habría intentado salir, o Nagano, o Ichikawa. Por lo que sabía, esos serían casos en los que podrían llevar a tal reacción de ella.
Aunque, por lo que estaba notando, Jouji invitaría a una chica. Así que seguro no iría con ella.
Ahora le quedaban dos opción: iba sola, o no iba.
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