CAPÍTULO 2

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—El asiento estaba ocupado —mascullo

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—El asiento estaba ocupado —mascullo.

—No vi a nadie —responde con frescura.

—La mochila era una señal bastante clara —replico.

—Haz silencio, quiero escuchar la clase.

La cara me arde, ¿qué carajos hice mal hoy para que el destino me castigara así de feo? No bastó con que me arruinara el plan en la biblioteca, ahora también tengo que soportarlo en clase.

—¿Alguien que quiera continuar con la dinámica que iniciamos con el señor Davis? —alzo la mano—. Genial, ¿señorita...?

—Harmony —respondo.

Temo por un par de segundos en los cuales escucho murmullos a mi alrededor, hay compañeros nuevos que, imagino, se sorprenden por el parentesco.

—Kiara Harmony, ¿verdad? —indaga.

Asiento.

—Leí su ensayo de admisión, maravillosa manera de expresarse, espero tener el honor de leerla otra vez en esta clase —me sonríe.

¡No mencionó a Ada! ¡Halagó mi escritura!

» Y bien, ¿qué genero escribe, señorita Harmony?

—Romance. Escribo romance —respondo más emocionada de lo que debería.

Escucho un bufido a mi costado y mi genio no se esconde.

» ¿Tienes algún problema? —le pregunto.

—¿Sucede algo, señor Davis? —indaga la profesora, que, al parecer, también vio el gesto.

Me lleno de satisfacción cuando esta vez son sus mejillas las que se tiñen de rojo, me mira por un par de segundos con los ojos verdes inyectados en veneno y vuelve la mirada al frente antes de soltar la palabrería que lo declara enemigo público, al menos para mí.

—Considero que el romance es un género bastante mediocre —inicia—. No creo que involucre demasiado esfuerzo poner a dos personas en medio de una relación amorosa que carece de fundamentos reales.

—¿Qué libros de romance ha leído, señor Davis?

—Ninguno, no es un género que me agrade.

—Entonces mantén la boca cerrada —mascullo solo para los dos.

—Le recomendaría que fundamente sus opiniones en hechos que al menos haya podido comprobar por sí mismo. Si nunca ha leído un libro de romance, ¿cómo puede juzgarlos?

—Me reservo la respuesta —responde.

—Lo animo a brindarnos una opinión, esta vez fundamentada, en otra ocasión —le sonríe—. ¿Alguien más que guste compartir el género de su preferencia?

La profesora se mueve al otro extremo del salón y dialoga con más compañeros.

—Así que eres la hermana de Adara Harmony —me habla.

ENTRE CORAZONES Y LETRAS © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora