CAPÍTULO 6

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Simon

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Simon

Apenas pongo un pie en la fiesta no puedo evitar hacer un breve repaso de los disfraces que veo conforme me mezclo con la gente. Veo brujas, muchas brujas, algunos vampiros, un par de Merlinas, cuatro Wandas, un Chucky, pero me enorgullezco de no encontrar un disfraz igual al mío; supongo que la moda me está favoreciendo.

Los organizadores sí que se lucieron, todo está decorado con telarañas, sangre falsa, calabazas e incluso los dispensadores del licor están a cargo de un par de piratas. Una vez estudiado el ambiente, empiezo a saludar gente, a buena parte no los conozco, algunos chicos y chicas con quienes compartí curso antes de que viajara a Inglaterra sí que me saludan, les correspondo. No vivo repitiendo "es mi cumpleaños" porque sé bien que basta con que quienes te importan lo sepan; ¿para qué decírselo a extraños?

Me toman de los hombros por atrás y volteo.

—¡Ja! ¡Te dije! —es Dylan, vestido de dios griego con Ayla que es también una diosa griega.

—Vale, te compraré ese funko.

—¡Eso! —celebra mi amigo.

Sonrío. Ayla me abraza, agarrándome desprevenido.

—¡Feliz cumple! —me sonríe—. Perdona que no te saludé temprano, no te vi.

—Descuida.

Dylan me palmea el hombro y sonríe.

—Luces aterrador, cumpleañero.

—Tú luces... bonito, supongo.

—Ya lo sé, Ayla me lo dijo muchas veces —su novia le tira un caderazo y él se ríe—. Yo le dije que para encontrarte debíamos buscar el disfraz mejor producido, no me imagino lo que debe dolerte el trasero porque para ese maquillaje me imagino que, por lo menos, se tomaron dos horas.

—Valió la pena —aseguro.

—Ya lo creo —Dylan me guiña un ojo y procede a volver a bromear con su novia —. Yo, por ejemplo, tuve que estar con el trasero pegado a una silla por una hora para que Ayla me pusiera base y brillitos, porque los dioses brillan, ¿verdad, amor?

—Eres un tonto.

Me rio. Les digo que iré por un trago y ellos me advierten que tenga cuidado porque el colorante que le pusieron está fuerte y mancha. Nos hacemos adiós y me dirijo a los piratas que no tardan en servirme y casi me ensucio cuando la música cambia y una canción de Taylor Swift empieza a sonar por los parlantes, hasta la pirata que me sirvió abandona su puesto y se mueve a la pista de baile para corear la canción. Si mis conocimientos no están mal, es Lavender Haze; estoy suponiendo que el DJ es swiftie porque esa canción nunca la había escuchado en una fiesta, pero vaya que está subiéndole el ánimo a todos.

Entre brincos me muevo intentando beber de mi trago, pero fracaso cuando un empujón me hace tropezar y derramar el contenido sobre un Michael Myers que también saltaba con ímpetu. Me es imposible ver su reacción porque, claramente, usa una máscara que le cubre todo el rostro, pero es evidente la marca de mi bebida sobre el mono que trae puesto.

ENTRE CORAZONES Y LETRAS © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora