CAPÍTULO 15

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Simon

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Simon

11 de enero, 2029

Tengo un hermano, somos dos varones contra mis tres hermanas, está claro quienes eran las que ganaban si existía alguna disputa que debía resolverse mediante votación. No obstante, nunca he sentido demasiada cercanía con Sebastian, lo quiero, por supuesto, es mi hermano y hemos crecido juntos, pero no existe la confianza que sí está presente en mi relación con Tellie. Prueba de ello son las innumerables llamadas que tengo con Stella y las pocas que existen en mi registro de Sebastian.

Bueno, hoy se agrega una más, porque su nombre aparece en la pantalla de mi teléfono, que se encuentra en la mesita de centro. Estoy recostado en sofá, aguardando porque Harmony se digne a llegar para nuestra sesión de escritura de hoy, la llamada me obliga a levantarme, la misma rareza de la situación hace que mi curiosidad despierte, ¿Qué puede estar necesitando Sebastian?

—¿Aló?

—¿Qué haces?

—¿Uh?

—Simon, es una pregunta casual.

—Vale, pues nada.

—Genial, ¿entonces tienes tiempo para conversar?

Miro la hora, Kiara suele llegar diez o veinte minutos antes de la hora que pactamos, es raro que no esté aquí, pero tengo quince minutos aún para la hora exacta.

—Supongo que sí, unos quince minutos al menos.

—Mira, sé que casi no hablamos, pero necesito una opinión respecto a algo.

—¿Algo?

—Una situación.

—¿Situación?

—Una mujer.

—Vale.

Me rio, él lo hace también y creo que eso acaba con la incomodidad inicial, porque luego Sebastian se limita a hablar y hablar, con breves intervenciones mías con palabras como "vale", "entiendo", "está bien". La "situación" es que cree estar enamorándose de una mujer y no sabe cómo se siente, su idea magistral para solucionar ese problema fue hablar conmigo, otro varón que hace años no sabe lo que es estar enamorado, creo que incluso he olvidado lo que se sentía. Apuesto a que Kiara sería una mejor ayuda. Estoy por decírselo cuando el timbre suena. Hablando de la reina de Roma.

—... y me pongo nervioso cuando ella se me acerca, huele delicioso, ¿sabes? Es un aroma que me despierta los sentidos y me reaviva el corazón.

—Mira —le digo, levantándome para abrir la puerta cuando el timbre suena otra vez, de manera insistente—, no soy experto, pero suenas como un hombre enamorado.

Soy consciente de que me responde algo, pero en automático me disculpo y cuelgo para prestarle atención a Kiara, quien se encuentra frente a mí, con los labios algo morados y con toda la ropa mojada.

ENTRE CORAZONES Y LETRAS © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora