Primer lugar

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Por supuesto que Saori confiaba en él. En el que no confiaba era en Suguru, y era por eso que no podía comprender cómo su novio estaba tan calmado con respecto a la situación.

Sin importar cuántas veces Satoru le explicara que todo iba a estar bien, no podía estar completamente tranquila.

—Puedes quitártelo si quieres sentirte más segura.

Satoru le había dicho que Suguru no volvería a acercarse ni tampoco nadie más. Ofrecerle quitarse el brazalete era principalmente para su tranquilidad.

—No.

Su respuesta era tajante. A pesar de que el brazalete había sido la causa de que Suguru llegase a ella, se negaba a quitarse el regalo que Satoru le había hecho. No iba a aceptar uno nuevo como él lo había propuesto y tampoco se lo quitaría porque significaría dar el brazo a torcer frente a Geto.

Los días siguientes estuvo muy a la defensiva por esa razón, y el pánico solo empeoró cuando recibió aquella notificación. Puso el papel en la mesa como si fuera la peor noticia que le habían dado en años.

—Tsumiki se irá de excursión por tres dias. TRES días.

Satoru no terminaba de comprender a qué venía el escándalo y tampoco por qué su novia se empeñaba en remarcar con sus dedos que eran tres días, si él no era ni tonto ni sordo.

—Oh. —Asintió despacio después de unos segundos—. ¿Es porque perderá clases en la academia?

La muchacha frunció un poco el ceño, no se había detenido a pensar en ello.

—También está eso —murmuró y luego negó—. Pero no. Sólo tiene nueve años, ¿cómo se supone que la dejemos sola por tres días?

Saori parecía olvidar que hacía casi un año atrás la pequeña había pasado dos semanas haciéndose cargo de un hogar y de su pequeño hermano cuando su madre los dejó. No quería estar lejos tantos días de su niña y mucho menos después de la aparición de Suguru Geto.

—No estará sola. Estará con sus maestros, auxiliares y compañeros —explicó Gojo leyendo la notificación.

—No es lo mismo —reprochó soltando un bufido y haciendo un pequeño mohín.

Enredó su brazo a la cintura de Saori para atraerla y sentarla en su regazo. Ella no demoró en apoyar su cabeza en el hombro de Satoru. Sabía que estaba siendo sobreprotectora pero no podía evitarlo después de todo.

—Tsumiki está muy entusiasmada, se pondrá triste si no le das permiso. Además dijo que todas sus amigas irían.

Negó con la cabeza, rodando un poco los ojos.

—Por supuesto que ya te vendiste a sus ojos de cachorrito —se burló, apretándole las mejillas a Satoru.

Ni si quiera hizo intento de negarlo, simplemente soltó una pequeña risa.

—No le pasará nada.

—Le preguntaré a su maestra si pueden ir algunos padres y me tomaré unos días en el trabajo. Le pediré a Hina que tome apuntes por mí.

—No se puede, ya pregunté porque te conozco.

Suspiró escondiendo su rostro en el hombro de Satoru mientras él dibujaba círculos en su espalda.

—Si te preocupa Suguru...

—No solo él. Es una niña solamente. Hay tantas cosas que podrían ocurrir...

—Estás sobrepensando. ¿Por qué tendría que ocurrir algo malo? —preguntó acariciándole el cabello y apartándola un poco para ver a sus ojos—. Mira, Tsumiki aún tiene tu viejo teléfono, ¿verdad? Le diré a la maestra que lo llevará porque mami Saori es demasiado sobreprotectora y necesita hablar con Tsumiki cada día. Estoy seguro de que lo entenderá.

Co-parenting || Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora