Gojo

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Su mamá le había aconsejado desligarse de los niños y que dejase que las autoridades se hicieran cargo de ellos. Tal vez eso era lo más lógico, pero el corazón de Saori no le permitía regirse así.

Había logrado, de alguna manera, acomodar su horario con el de los niños y sorprendentemente funcionaba bien. Los primeros días le costó que Megumi entendiera que no podía irse solo a casa tras salir del colegio, y tuvo que ayudar a Tsumiki con su reinserción a la escuela ya que había estado faltando esos días para ocuparse de las tareas del hogar; pero por fortuna habían logrado que la dinámica funcionara.

—Con las chicas iremos por un café, ¿te apuntas? —preguntó Hina con una sonrisa.

Miró la hora y negó. No trabajaba ese día pero Tsumiki saldría antes del colegio por temas especiales y ya estaba justa en la hora.

—No puedo, Tsumiki fue de excursión y saldrá antes de clases.

—¡Saori! —se quejó su amiga—. Ya ni si quiera tienes tiempo para tomarte un café con tus amigas.

La muchacha suspiró cansada a la vez que arreglaba su rojiza cabellera.

—Lo sé, pero aún no he podido dar con el paradero de ningún familiar de los niños.

—Te estás ganando el cielo, pero ¿a qué costo? —dijo dándole un abrazo de despedida.

Camino a Saitama, pensaba en aquellas palabras que le dijo su amiga. Sí, cuidar a los niños era una gran responsabilidad pero no lo veía como una carga, creía que era lo que debía hacer. No habría podido imaginar que estaría cumpliendo con ese tipo de obligaciones tan joven, pero Tsumiki y Megumi solo eran niños, no debían cargar con las consecuencias de la irresponsabilidad de sus padres.

—Tsumiki-chan —la llamó mientras se acercaba hacia ella.

La pequeña corrió y la envolvió en un abrazo, tomando por sorpresa a la mayor. Alzó la cabeza y le sonrió.

—¿Qué tal la excursión? —preguntó mientras se dirigían a la casa.

—Fue divertida. Habían muchos animales, ¿has ido al zoológico, Saori?

—Pues...sí, alguna vez cuando era pequeña.

—De mayor quiero trabajar en uno. Seguro que podría estar todo el día acariciando a los pandas.

Saori rió dulcemente, acariciando el cabello de la niña. Tsumiki, a diferencia de su hermano, era una niña muy risueña y amigable, siempre estaba buscando conversación con los demás.

A llegar a la casa, ayudó a Saori con algunos quehaceres. No importaba cuántas veces le dijera que no tenía que hacerlo, Tsumiki se había acostumbrado a encargarse de la casa. Almorzaron juntas y después le ayudó con sus tareas del colegio mientras intentaba avanzar en algunos de sus trabajos de universidad.

—Megumi ya va a salir de clases. Iré a buscarle y pasaré a comprar algunas cosas a la tienda. ¿Quieres ir o prefieres quedarte? No voy a tardar mucho.

—Me quedo —dijo la niña concentrada en su dibujo.

—Bien. No le abras a nadie.

Tomó su bolso y salió de la casa. Con el pequeño Megumi tenía que intentar llegar con unos cinco minutos de anticipación, porque si llegaba justo a la hora, era probable que ya hubiera emprendido su camino a casa.

Al llegar al colegio, lo pudo ver sentado en una banca, esperándola, con su semblante aburrido.

—¿Llegué tarde? —preguntó confundida.

—No. Salí un poco antes —contestó el pequeño poniéndose de pie.

Saori se emocionó un poco ante el hecho de que la hubiera esperado. No era gran cosa, pero siendo Megumi, era un gran avance. Una semana atrás, probablemente se habrían topado a mitad de camino.

Co-parenting || Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora