Puzzle

1.4K 286 77
                                    

Megumi solía disfrutar mucho las tardes de juegos de mesa, y uno de sus favoritos eran los puzzles. La razón era simple:

Era el único que Gojo no podía ganar.

Aunque Satoru era mucho más rápido encontrando las piezas, cuando armaban un puzzle entre todos, no había competitividad. En sí, el resultado era una victoria para los cuatro.

Saori siempre se encargaba de buscar todas las piezas que tuvieran bordes para poder armar la estructura. Gojo era algo más desorganizado pero lograba formar pedazos que luego eran fundamentales para continuar con el resto. Tsumiki por su parte se dedicaba a juntar las piezas que tuviesen colores que le resultaran bonitos, y Megumi iba aportando un poco a todos.

Gojo había adquirido un hábito hacía poco. Ciertamente, siempre les llevaba algún tipo de recuerdo cuando iba a sus misiones, pero desde que un día encontró en la tienda de souvenirs un puzzle del paisaje característico de la ciudad, se convirtió casi en una tradición. El pequeño atesoraba ese momento en que se dedicaban a unir las piezas, pues era la calma tras la ansiedad que les generaba que Gojo estuviera lejos de casa.

Su propia familia y hogar eran como un puzzle. Cuatro piezas tan diferentes que de algún modo encajaban para formar aquello tan preciado que tenían.

Podía pensar en los demás como las piezas que envolvían a la imagen principal. Los amigos de Satoru y Saori, el señor y la señora Arai. Incluso la señora Tanaka pues siempre estaba preocupada por ellos.

Pero no sabía si el padre de Satoru sería una pieza más en aquel puzzle o simplemente no encajaría.

Y eso le preocupaba por alguna razón, quizás porque Satoru parecía más serio desde que les contó que les presentaría a su padre.

—¿Cómo es el clan Gojo? ¿Es como el clan Zen'in? —preguntó Megumi mientras el albino lo arropaba para dormir.

—¿Te refieres al lugar o a si está lleno de vejestorios como cuando fuimos a Kioto?

—A todo. —Hizo una breve pausa mientras observaba a Satoru—. ¿Cómo es la gente? Tsumiki y Saori...

El mayor comprendió a qué venía la pregunta, y le dio una sonrisa tranquilizante mientras le revolvía un poco el cabello.

—Estarán bien. La gente no es tan cerrada de mente como en el clan Zen'in y puedo asegurarte que nadie las tratará mal mientras yo esté presente. —Expandió su sonrisa, mientras se reincorporaba—. Además, nadie se resiste a los postres de Tsumiki y Saori, ¿verdad?

Megumi sonrió y asintió. Su hermana había insistido en preparar un postre para llevarle al señor Gojo, y estaba muy emocionada por conocerle. Por eso Megumi tenía miedo de que su bondad no fuese recibida de la manera correspondiente.

Un pequeño golpeteo en el marco de la puerta atrajo la atención de ambos. Saori sonreía enternecida ante la imagen. Satoru nunca dejaba de sorprenderla en su faceta de padre, y pensar en cuánto había crecido la relación entre él y Megumi en el último tiempo, era algo que le llenaba el corazón.

—¿Están bien las mantas, Megumi? —preguntó acercándose, y el pequeño asintió.

Los días eran cada vez más fríos y las noches aún peor. Satoru quería evitar los resfriados a toda costa aquel año, y por eso los había obligado a todos a tomar vitaminas. Además de que arropaba a los niños de manera tal que el frío no pudiese pasar por ningún lado.

Saori se inclinó, presionando un beso en la frente de Megumi como cada noche.

—Descansa, corazón.

—Buenas noches, mamá.

Al ver que la mirada de Megumi retornaba a Satoru, la pelirroja pasó afectivamente su mano por el hombro de Satoru, dejando una caricia antes de retirarse de la habitación.

Co-parenting || Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora