Girasol

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Limpió un poco el espejo empañado con el dorso de su mano. Con ayuda de una toalla removía el exceso de agua de su cabello mientras escuchaba a su madre, en altavoz.

—Solo digo que lo de los niños es una cosa pero ese joven, ¿cómo dijiste que se llamaba?

—Gojo —resopló.

—Sí. Eso es otra cosa. Tener a un muchacho de tu edad, entrando y saliendo de la casa da de qué hablar. Cuando dijiste que te iba a ayudar con los niños no pensé que la cosa fuera así. Y ni si quiera me has hablado tanto sobre él.

—Sé bien que la señora Tanaka no escatima en detalles —replicó sarcásticamente—, así que no entiendo qué más quieres que te cuente.

—Saori —la reprendió su madre a través del teléfono, chasqueando la lengua—. Pues, ¿estudia? ¿trabaja? ¿a qué se dedica? ¿te gusta?

La muchacha soltó una carcajada que a la madre no le sentó nada bien.

—No me gusta, mamá. Él solo me ayuda con los niños, te dije que conocía al padre de Megumi, ¿no?

—Sí, y si era así, no entiendo por qué te seguiste haciendo cargo tú.

—Bueno, dejando eso de lado, la relación entre nosotros no va más allá de eso. A la señora Tanaka le gusta exagerar y hacer sus teorías, ya sabes.

—Ella dijo que incluso te veía más linda y arreglada.

—Siempre me veo linda —se quejó a modo de broma mientras abría la puerta.

Sabía a qué se refería ese comentario y su cambio no se debía a Gojo, se debía a que se había cansado de sufrir por Koichi.

Al salir del baño, se encontró sorpresivamente con la alta figura de Gojo en el pasillo, y dio un pequeño grito al verle.

—Pensé que... —alcanzó a decir Gojo antes de ser interrumpido por la mano de Saori que se posó en su boca, acallándole.

—¿Qué pasó? —preguntó su madre, aún en altavoz.

—Nada. Pensé ver una araña.

—¿Y esa voz?

—La televisión.

—Sobre el chico guapo...

—Oye, mamá, me voy a cambiar. Te llamo luego, ¿sí? Te quiero, adiós.

Colgó el teléfono y rápidamente, con ambas manos, volteó a Gojo hacia la otra dirección.

—¿Qué haces aquí? —preguntó mientras intentaba cubrirse aún más con la bata de baño. Él intentó voltear para responder y ella le tomó nuevamente por los brazos, deteniéndolo—. No voltees, estoy en bata.

—Sí, ya vi —dijo divertido, provocando que ella se sonrojara—. Vine a buscar el equipo de Megumi, su profesora me llamó para avisar que lo olvidó.

—¿Ella te llamó a ti? —preguntó con una risa seca.

—¿Estás celosa? —la molestó—. Pensé que tenías que trabajar y cuando te escuché en casa, creí que estabas en tu habitación hablando sola.

—Es jueves —aclaró ignorando su comentario—. No trabajo.

Soltó sus brazos y entró a la habitación, cerrando la puerta tras de ella. Después de vestirse y arreglar su cabello, salió y se encontró con Satoru sentado en el sofá.

—Estoy segura de que hoy Megumi no necesita el equipo.

—¿Entonces para qué me llamaría su profesora?

Co-parenting || Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora