Co-parenting || Satoru Gojo

Destellos

Al final del 25 de diciembre, Saori recibió un mensaje en su teléfono.

“Dime que gané la apuesta, por favor.”

Ella rió y negó, ignorando el mensaje de su amiga.

Su teléfono continuó vibrando y volvió a chequearlo, sabía que si no contestaba, Hina no la dejaría dormir.

Estaba dispuesta a escribir cuando su teléfono comenzó a sonar.

—No, Hina —dijo cuando contestó la llamada.

—¡¿Qué?! ¿Nada de nada? ¿Ni un besito en la mejilla?

Saori suspiró intentando fingir que le molestaba que su amiga insistiera en el tema, pero incluso ella se sentía un poco decepcionada de que hasta ese momento no hubiera pasado nada entre ella y Satoru.

—Nada.

“Y así es mejor”, pensó.

—Saori, ¿sabes cuánto dinero perdí por tu cobardía?

La muchacha rió fuertemente y chasqueó su lengua.

—No perdiste nada porque no apostaste nada. Además, ni una de las tres acertó.

—Pero pude ganar algo.

Saori negó con la cabeza mientras suspiraba y rodaba los ojos.

—Buenas noches, Hina.

Antes de que pudiera decir algo más colgó la llamada y se dejó caer nuevamente en la cama.

Cerró sus ojos, dispuesta a dormir y su teléfono volvió a vibrar.

Miró el mensaje, pensando que sería Hina quejándose porque colgó antes de tiempo, pero no estaba si quiera cerca de acertar.

“Necesito hablar contigo. ¿Podemos vernos mañana?”

Su corazón se aceleró y observó el mensaje durante varios minutos mientras pensaba lo que podía significar.

Tecleó algo y luego se arrepintió.

Finalmente dejó el teléfono a un lado para dormir.

—¿Qué más debería llevar? —preguntó Tsumiki enseñándole su bolso a Saori.

—Solo iremos dos días, no necesitas llevar demasiadas cosas —sonrió Saori, quien aún seguía pensando en aquel texto que recibió la noche anterior.

Había decidido contestarlo en la mañana sin darle demasiada importancia.

La muchacha volteó a ver a Megumi quien, a diferencia de Tsumiki, tenía todo mucho más ordenado en su bolso. Había sido más práctico escogiendo lo que llevaría a Hitachi.

—¿Gojo irá con nosotros?

—No lo sé, se suponía que sí pero todo dependerá si los asuntos que atendería hoy se alargan o no.

Su teléfono vibró nuevamente y miró despacio la pantalla. Leyó el mensaje y respondió para acordar un lugar y hora.

—¿Quieren ir a dar un paseo? —preguntó dejando su teléfono a un lado.

—¡Sí!

—No.

Saori rió levemente y miró a Megumi.

—¡Vamos, Megumi! —Su hermana le tiró de la manga.

—Es eso o te quedas con la señora Tanaka —dijo Saori levantándose de la silla.

El pequeño bufó y se puso de pie también.

Caminaron hacia el parque. Tsumiki adoraba ese lugar porque podía columpiarse mientras observaba las hojas de los árboles cubriendo el cielo.