Co-parenting || Satoru Gojo

Zen'in

El trayecto hasta Kioto, por sí solo, había sido agotador. No se había planteado antes que un viaje con niños podía ser más desgastante que otro, porque a pesar de que los niños eran bastante tranquilos, seis horas de viaje junto a Gojo la habían dejado exhausta. El pequeño Megumi le tenía menos paciencia que ella, hasta el punto que prefirió cambiar de asiento con tal de no tener que soportarlo más.

Se dirigieron hacia la casa del renombrado Clan Zen'in. Gojo le había advertido anteriormente a Saori que lo mejor sería que ellas les esperasen fuera del lugar, no quería que se topasen con Naoya Zen'in, y no porque tuviese miedo a que les hiciera algo, estaba seguro de que no sería un problema para él, pero no quería que la chica tuviese que soportar a alguien tan desagradable.

—Te aguanté seis horas a ti, ¿no es cierto? —bromeó ella.

—Este tipo es arrogante, molesto y egocéntrico —explicó Satoru—. Y su opinión sobre las mujeres no te gustaría en absoluto —agregó antes de que ella pudiese hacer otra broma—. No respeta si quiera a su familia. Si fuera un buen ambiente, no me esforzaría para que Megumi-chan no acabase acá, ¿no crees?

—Ni me imagino cómo debe ser la vida aquí para que nosotros seamos su mejor opción —comentó dando un vistazo a los niños. Volvió la vista a Satoru—. Haz tu mejor esfuerzo.

Ladeó un poco su cabeza, sus labios dibujaron una amplia sonrisa, enseñando sus dientes, mientras sus ojos se entrecerraban un poco. Gojo la observó con atención y le regresó una sonrisa mientras asentía.

—Bueno, Tsumiki-chan, nosotras nos quedamos acá —dijo acercándose a los niños.

Gojo se acercó, tomándole la mano a Megumi, quien no parecía muy contento de tener que ir con él.

—¿Qué pasa con esa cara? —le revolvió el cabello—. Eres como un enano amargado.

Saori se agachó frente al niño, arreglándole la chaqueta.

—Solo aguántale unos minutos más, Megumi-chan —le susurró a modo de broma, guiñándole el ojo—. Y no le sueltes la mano al señor Gojo.

Ambos ingresaron a la residencia del Clan Zen'in, mientras caminaban por los jardines en dirección al lugar de la reunión, Megumi observaba a su alrededor, todo parecía muy lujoso y habían demasiadas personas, la mayoría mayores, a excepción de dos niñas que claramente eran gemelas.

—¿Por qué estamos acá? —preguntó alzando la mirada hacia Gojo.

—Te dije que me encargaría del asunto, ¿no es así? Bueno, debo hablar con la persona que hizo el trato con tu padre para llegar a un acuerdo sobre ti, y me pareció relevante que conozcas el lugar.

—¿Qué pasa si él no acepta lo que ofreces?

—No me subestimes, soy muy bueno en esto. Y, quién sabe, quizás una botella de licor sea suficiente para que ese viejo acepte el trato.

El pequeño bajó la mirada. Gojo no tenía tacto para decirle las cosas, le había repetido que se ocuparía del asunto y él había decidido confiar, pero aún tenía dudas.

—Pero, si no —dijo en voz baja—, para mí está bien si debo venir acá mientras Tsumiki pueda ser feliz junto a Saori.

Gojo le miró de reojo, le seguía sorprendiendo que con aquella personalidad sólo fuera un niño de seis años. Le sonrió ampliamente y le revolvió el cabello. Se detuvo y se agachó, poniéndose a su altura.

—No pasará tal cosa, no te alejarán de Tsumiki. Me encargaré, pero te pediré algo importante. Deberás esforzarte y volverte fuerte, lo suficiente para que yo no te deje atrás.