Final

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Era un beso tan necesitado y absorbente que se separaron por aire y dolor en los labios.
Ambos se tomaron de las manos y Lucy gray trató de abrir la puerta, trató de sacar las llaves de su chaqueta, pero no las traía.
-No puede ser! Debí haberlas dejado en la mesa - dijo Lucy gray mirando a Coriolanus.
-Y no se puede entrar forzando la puerta? - pregunto Coriolanus acercándose a la puerta.
-No, Tam amber y Cc se aseguraron de que no. - dijo Lucy gray decepcionada.
Coriolanus le levanto la barbilla cariñosamente, y como si de una película de eventos desafortunados se tratara, comenzó a llover.

-No puede ser! - dijo Lucy gray tapándose el rostro con la chaqueta.

Coriolanus la abrazó.
-No había dicho que la lluvia no arruinaba nada? - pregunto Coriolanus con una sonrisa.
-Cierto. - dijo Lucy gray tomándolo de la mano en dirección a su casa.
Iban charlando en el camino, y de vez en cuando paraban bajo un árbol y se besaban, hasta que llegaron a su casa.

-Te invitaría una taza de leche, pero despertaremos a alguien... Y. - dijo Lucy gray, cuando Coriolanus la silenció con un beso.
-Creo que Chet deja la camioneta abierta en la cochera. - dijo Lucy gray mirando los labios de Coriolanus.
-¿Te parece? - pregunto Coriolanus.
-Aja si. - dijo Lucy gray volviendo a besarlo.

Y si, dicho y hecho, Chet dejaba la camioneta abierta, cosa que agradecieron enormemente a la hora en que un beso no bastaba.
Seguía lloviendo, cosa que ayudaba con el ruido, pero aún así no serviría si estuvieran en la habitación de Lucy gray.
No sabían como no habían despertado a nadie esa vez.

Y ahí en la camioneta fuera de su casa, volvieron a hacer el amor, tan necesitados que se morían.

Hubo un punto donde la lluvia arreció y Lucy gray ya no podía reprimirse

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Hubo un punto donde la lluvia arreció y Lucy gray ya no podía reprimirse.
¿Cómo no explotaban de amor? Se preguntaban.
Fueron libres por unas cuantas horas que duró la lluvia, y esa noche sucedió lo que debía pasar hasta que amaneció.
Estaban sudados pero eso no calmaba el frío de la lluvia al siguiente día.
Coriolanus tapó a Lucy gray con su camisa mientras dormían por una hora.

-Ya es de dia? - pregunto Lucy gray levantándose del suelo frío de la camioneta.
-Mm, creo que si. -dijo Coriolanus restregandose los ojos aún modorro.
-Tengo hambre, tu no? - pregunto Lucy gray mirándolo.
-Un poco si. - dijo Coriolanus tallandose los ojos.
-Tienes ojeras? - pregunto Lucy gray tocando el rostro del muchacho.

-Te dije que no habías podido dormir muy bien desde que... - dijo Coriolanus bajando la cabeza.
-Lo siento. - dijo Lucy gray tomando su mano.
-No te preocupes, fue mi culpa, toda mía. - dijo Coriolanus mirándola.
-Mejor bajemos. - dijo Lucy gray quitándose la camisa de Coriolanus.
-Mejor no. - dijo él volviendo a besarla y a acariciarla.
-Luego...ya tengo hambre cariño. - dijo Lucy gray besándolo y apartando las manos de él.

-Bien, pero me la debes. - dijo Coriolanus recibiendo su camisa.
-Te lo debo. - dijo ella sonriéndole mientras se vestía.

Dejaron la camioneta como si nada, y entraron a la casa lo más silenciosamente posible.
-Ven.-dijo Lucy gray tomando a Coriolanus de la mano.
-Mejor me voy. - dijo Coriolanus.
-Ah no, tu te quedas. - dijo Lucy gray sujetandolo bien de la mano.
-Pero no quiero incomodar. - dijo Coriolanus.
-En algún momento lo sabrán mi amor, mejor que sea hoy. - dijo Lucy gray besando la mano de Coriolanus.
-Esta bien. - dijo Coriolanus sonriéndole a la chica.

balada de los trágicos amantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora