XXVI

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El sonido de la bofetada resuena en las paredes de la habitación, los ojos de Morgana brillan de ira y Morgause solo atina a cubrir su boca.

-¡Idiota! ¡Es lo que eres, Arthur Pendragon! ¡Un completo idiota!- le grita su hermana.

-¿Terminaste tu rabieta?- dice sin frotar su rostro el cual ya tenía una marca rojiza.

-¡Vete a la mierda!- dice a punto de darle otro golpe, pero Morgause la detiene, sorprendiendo a ambos con su fuerza.

-¡Basta!- la regaña- Actúa como la mayor de nosotros y se más racional, yo no celebro lo que Arthur a hecho, pero nos guste o no, él es el rey- continúa seria- Y tienes suerte de que nuestro hermano nos tenga aprecio a pesar de todo, o esta falta de respeto podría costarte caro.

-¿Estás de su lado?

-Acabo de decir que no lo apruebo- niega con la cabeza- De hecho nunca aprobé nada de esto, mi padre compró una niña como si se tratara de un caballo o un perro, y la trajo a vivir aquí para ser la hechicera de este reino, dejando que nuestro hermano hiciera lo que quisiera con ella en el proceso.

-¿Qué estás insinuando?- pregunta Arthur- Quizás yo no era la persona más capacitada, porque también era un niño en ese entonces, pero aún así la cuide lo mejor que pude y no me aproveche de ella, si es lo que piensas.

-Porque obviamente es ella la que busca sacar ventaja de ti- ríe Morgana.

-No nos conoces Morgana- la ve molesto- Ella ha sido la persona más cercana a mi estos últimos años y yo no estoy hecho de metal ni nada parecido.

-No, eres hombre igual a nuestro padre y tu debilidad como la de todos, son las mujeres- continúa la mayor.

-¿La amas?- pregunta Morgause.

-Si, la amo- dice el pelinaranja.

-¿Entiendes lo que vas a provocar?- dice de nuevo Morgana.

-Se que de cierta forma pongo en peligro la posición de nuestra familia, ¿pero acaso me creen tan débil o poco confiable? Es obvio que si intentan derrocarme, yo voy a luchar- sus hermanas lo observan unos minutos y Morgause es la primera en dar un veredicto.

-Bueno, no hay nada más que hacer, hay que preparar tu boda, seguramente muchos nobles que esperaban que eligieras a sus hijas no estén interesados en venir, así que supongo que será una ceremonia sencilla, pero a la gente del pueblo les gustará un día de celebración como las que hacía nuestro padre.

-Sinceramente prefiero quedar bien con ellos, incluso más que con los nobles.

-Con que no se te ocurra ir a cazar venados o jabalíes, todo estará bien- dice Morgause aplaudiendo una vez- Bueno, iré a hablar con nuestra futura cuñada.

***

-Llevan mucho rato- le dice Morgana, su rostro aún expresaba su molestia.

-Supongo que hay mucho que saber- suspira el menor- Ustedes tuvieron a mamá todo el tiempo, yo ignoraba muchas cosas y por lo tanto Merlín tuvo que aprenderlas por su cuenta.

-La pequeña prodigio- la puerta se abre y Morgause los deja pasar.

-Espero que no estuvieran discutiendo- dice mientras se acomodan en la habitación que era de su padre.

-No, solo charlabamos- responde el pelinaranja- ¿Qué hay de ustedes dos?

-No creo poder hacer todas las preguntas que se me ocurren, pero creo que tengo ya varias cosas claras- responde Merlín- Claro, el dar a luz aún me da algo de miedo.

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