The Kingdom

XVI

Mientras tanto en una pequeña cueva dentro de los riscos de aquel acantilado.

-Así que este castillo tenía un refugio subterráneo- murmura Arthur quien había logrado colarse en un pasadizo antes del derrumbe- Debe haber una salida que no esté colapsada- se dice a sí mismo mientras carga a Merlín en su espalda.

Llevaba horas dando vueltas en la oscuridad, usando en su cuello una pequeña luz mágica que había empacado en su bolsillo, pero todos los caminos parecían bloqueados y tratar de excavar solo provocaría un nuevo derrumbe sobre ellos.

Gira en un pasadizo y encuentra lo que parecen ser unas gradas, que también están bloqueadas, escucha un sonido a sus espaldas y se da cuenta que de Chandler está atrapado en ese lugar junto a varios escombros.

-Es inútil mocoso... no podrás salir de aquí a tiempo para salvarla- se ríe mientras Arthur presiona a Merlín contra su cuerpo.

La había encontrado inconsciente en el piso justo antes de que Zeldris fuera derribado por Lancelot, y aunque no parecía herida de gravedad notaba que su pulso era débil.

-Cállate- dice agitado en respuesta.

-El aire comienza a agotarse, significa que este lugar será tu tumba y la de ese engendro.

Arthur toma con su mano una varilla de metal y la apunta hacia el viejo.

-Tengo tiempo de sobra para acabar contigo- dice apuntando al cuello del viejo, sus ojos oscuros y casi sin vida lo ven burlones- Pero antes de eso, dime qué es lo que sabes sobre ella.

-Así que... no tienes ni la menor idea- tose un poco- Ella está maldita... su padre era el líder de los magos justo antes de la caída... quería vengarse de todos y por eso la creo... Si la mantienes a tu lado, tu vida también...- el pelinaranja no lo deja continuar y atraviesa su cuello con el filo del metal, da la vuelta y lo escucha luchar en vano por no morir desangrado, mientras se aleja en busca de otro camino.

-Él... tiene razón...- dice entonces la débil voz de Merlín cuando se han alejado unos metros- Déjame aquí y busca la salida solo.

Arthur se detiene y la coloca en el piso, su rostro estaba pálido y sus labios lucían un poco morados.

-No hagas caso a lo que te dijo- le dice él.

-Después de lo que pasó ¿No me tienes miedo, ni me odias...?

-Mi vida- le dice mientras la abraza y le da un pequeño beso, comenzaba a sentirse mareado por la falta de oxígeno y su voz sonaba cansada- Yo fui él que te trajó hasta acá, yo te hice luchar contra ellos... y aún así me defendiste todo el tiempo... eres tú la que debería odiarme por qué no pude protegerte, ni cumplir con las expectativas que tenías en mi... sigo siendo débil...

-No...- le responde- No lo eres...

Un ruido llama la atención de ambos, como un aleteo chocando contra metal, Arthur explora con su vista y ve una pequeña jaula entre la tierra, él la toma y la desentierra un poco.

-¡Saquenme de aquí!- dice una criatura color celeste en forma de ojo con alas de murciélago, el rey se asusta y busca de nuevo un objeto para acabar con él.

-¿Qué diablos es esa cosa?

-No soy una cosa, soy el gran Orlondi del clan de los vampiros.

-Espera...- dice Merlín justo cuando ve que Arthur está por usar una roca afilada contra la criatura- No lo mates, seguramente pertenecía a uno de esos tipos.

-Así es, esos sujetos me capturaron y me usaban como espía, si me salvan prometo servirles a ustedes a cambio.

-Eres un vampiro familiar- dice Arthur recordando un viejo cuento, toma la roca en su mano y la usa entonces para romper la jaula.