-¿Qué cosa eres?- le gritaba aquel hombre- ¿Qué demonios eres tú?Él suplicaba por ayuda mientras se veía a sí misma frente a él, recordaba murmurar en un dialecto extraño y luego había despertado sobre una vieja colcha, bajo la mesa de una casa que no reconocía.
-Toma tu desayuno- le dice arrojándole un barra de pan y una manzana- Solo me causas problemas- dice sentándose a beber.
Esa persona no era su padre y no tenía idea de cómo había terminado en ese lugar, lo veía beber a diario, y un día él la había arrastrado fuera de su improvisada cama.
-Señor, mi señor le ofrezco a este niño- había dicho mientras la levantaba en brazos.
-¿Y que se supone que hará su majestad con ese enclenque?- se ríe un caballero.
-Lo que su majestad quiera, puede ser un esclavo, o un mozo en el palacio, es muy ágil y pequeño, puede limpiar en cualquier lugar.
-Eso no me sirve.
-Dos monedas de cobre mi señor, aceptó solo dos monedas de cobre si se lo lleva- el rey lo ve curioso y acepta el trato.
Merlin escucha al hombre agradecer, y luego echar a correr con el dinero.
-Está loco- exclama un caballero- Majestad seguramente ese hombre se robó a este niño.
-¿Deberíamos seguirlo?- pregunto otro.
-No, igual iba a morir en la calle, al menos ahora podría tener un poco de suerte- dice mientras los soldados meten a la pelinegra en la jaula con los demás.
***
Arthur nota como la niña lo observa, había guardado algo de distancia los últimos días, incluso había dormido voluntariamente en el estudio durante las noches. Él no había querido preguntarle, por qué estaba seguro de saber la respuesta, pero tampoco quería crear una brecha entre ambos, así que se decide a hablar y aclarar las cosas.
-¿Ya no quieres estar cerca mío, verdad?
-No, no es eso- ella agacha la cabeza ocultando su cansado rostro, había estado teniendo muchos sueños extraños últimamente y eso la agotaba.
-Todas las sábanas están limpias, lo juro- dice sentándose en la mesa a su lado.
-Tu padre vive diciendo que ahora ya eres un hombre, ¿Fue por lo que pasó la noche de tu cumpleaños?
-¿Acaso tú…?
-No podía dormir y te vi, en compañía de… ya sabes... "esas"
-No esperaba que lo entendieras.
-Recordé que yo solía vivir al lado de un edificio donde había muchas mujeres que lucían así, los hombres siempre llegaban a buscarlas.
-Oh- dice bajito- Lo lamento, eres la última persona que quería que me viera en esa situación.
-¿Por qué te disculpas? No tienes que pedirle permiso a nadie de lo que hagas, ¿Serás el rey no es así?
-Si, pero igual tampoco quería hacerlo, había tomado mucho y mi padre me convenció, dice que es mejor que disfrute de las mujeres en mi juventud, para que luego le sea fiel a la esposa que elija, tal como él ha hecho.
-No entiendo muy bien de qué va todo esto- dice mientras observa sus apuntes- Y no sé si quiera saber los detalles de lo que pasó.
-Bueno, es mejor que no lo entiendas aún, pero te prometo que sigo siendo la misma persona que has conocido este tiempo- dice mientras palmea su cabeza- Aunque no quiero volver a incomodarte, así que si quieres mudarte puedo pedirle a mi padre que te consiga una habitación.
-Está bien, puedo seguir en el estudio, al menos unos meses más- le sonríe melancólica.
-Tampoco quiero que dejemos de hablar como siempre- la abraza por los hombros, atrayéndola hacia él- Te noto muy cansada ¿Estás bien? ¿Es por todo esto?
-Estoy bien, y no, no es por lo que pasó, es solo que he soñado recordando algunas cosas.
-¿Son muy malas?
-No son muy claras... tampoco es tu culpa, yo... ¿Mejor quieres ver lo que aprendí?
Merlín cambia el tema y lo lleva hasta el patio donde le enseña que ahora puede conjurar hechizos de viento. Uther los observa desde una de las torres del castillo y sonríe.
***
El tiempo pasa y en 2 años, la salud de la reina había comenzado a disminuir, perdía peso y pasaba en camas muchos días, Morgana había vuelto para cuidarla, pero todos los médicos le daban un mal pronóstico a Uther.
-Siento mucho lo de tu madre- le dice Merlín mientras acaricia el cabello del pelinaranja quien tiene la cara enterrada en la almohada- Se que tu padre te prohíbe llorar, pero deberías hacerlo.
No obtiene respuesta, pero se queda en silencio a su lado, hasta que el sueño comienza a ganarle.
-Escucha bien, tú tienes una misión- de nuevo esa voz familiar en su cabeza, varias imágenes van y vienen en su mente, recuerda de nuevo a su padre ahora puede verlo con más claridad; de cabello negro y largo, con ojos grises, él se sentaba frente a ella, tenía un báculo con la estatua de un búho grabando, y cuyos ojos parecían tener vida.
-Ya no quiero hacerlo- solloza mientras trata de moverse pero nota que está atada a una silla.
-Deja de quejarte- dice mientras toma su collar, el cual tiene el mismo rostro de búho tallado, con su mano comienza a mecerlo delante de la niña- Serás la más grande de todos los hechiceros, solo tengo que despertar tu potencial.
-Papá por favor, no lo hagas- dice sintiéndose mareada por la imagen que oscila frente a sus ojos, pero a la vez sin poder apartar su vista de ella. Escucha a lo lejos varias palabras en su idioma natal, algo que iba sobre venganza, también acerca de poder y sobre una promesa.
Despierta agitada, ya es de mañana y el príncipe está dormido a su lado, había restos de lágrimas en sus mejillas, Merlín se acerca hasta su rostro y lo besa suavemente en la frente. Entonces ella nota cierto dolor abajo de su estómago, gira su vista y ve la mancha de sangre en su ropa y en la sábana, por lo que no puede evitar lanzar un grito.
***
-No le hice nada, lo juro- dice Arthur mientras su hermana trata de calmar el llanto de Merlin.
-¿Por qué sigue durmiendo contigo?- le dice Morgana, quien desde el pasillo había escuchado el alboroto en la habitación- ¿Y por qué nadie me dijo que era una chica?
-Es una larga historia, pero por favor llama al médico, se está desangrando.
-¿Eres realmente un estúpido verdad?- se enoja la mayor- ¿Tienes 13, no es así?- le pregunta a la pelinegra quien aún solloza un poco- No llores, es algo normal.
-¿Pero cómo va a ser normal?- reclama el varón, pero la mayor lo ignora.
-A ver, tú y yo tendremos una charla, y tú, se una persona civilizada y sácala de tu cuarto, ya no es una niña, ahora es una pequeña dama y no puede seguir durmiendo aquí, se los digo por su bien.
Morgana se marcha junto a la pequeña, mientras él se queda unos instantes aún en shock, nadie de las mujeres en su familia le había hablado sobre eso, por lo que tampoco pudo advertirle a Merlín, que era algo que le pasaría alguna vez.
Ahora se sentía un idiota, pero también había algo más. Morgana tenía razón, él era el favorito de su padre, lo acompañaba muchas veces y lo entrenaba desde niño, mientras sus hermanas eran más mimadas por su madre, por eso no era muy unido con ellas y no podía hablarles en confianza, no como lo hacía con Merlín, ignorando casi por completo el hecho de que ella también era una mujer, o bueno, lo sería algún día, cosa que ahora le generaba una extraña sensación.
El cuidar de ella estos años le había despertado un instinto de protección, que no sentía por nadie más, y eso le aterraba también.

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The Kingdom
FanfictionMerlín una de las últimas hechiceras de Brittania, llega a la vida de Arthur Pendragon desde muy corta edad. ¿Cómo cambiarán el destino uno del otro? ¿Puedes enamorarte de la persona a quien juraste proteger?