The Kingdom

III

Arthur escucha el llanto de Merlín entre los pasillos por lo que se dirige hasta uno de los salones y ve a su padre quien la sostiene sobre su regazo mientras le da de nalgadas, cosa que lo hace enojar.

-¿Qué haces?

-Te dije que la vigilaras, acaba de quemar las cortinas favoritas de tu madre- reclama Uther con su tono de voz alterado por el alcohol.

-¿Las del gran salón?- él asiente mientras baja a la niña al piso y está corre donde Arthur- Son unas baratijas.

-Una travesura igual debe ser castigada.

-Seguro fue un accidente- dice oponiéndose a su padre que se acerca hasta ellos- No tenías que pegarle.

-Así aprende a ser más cuidadosa, aunque ya que ella es tu responsabilidad quizás la próxima vez debas ser tú quien reciba el castigo- Arthur traga grueso, Uther solía hacer lo mismo a sus hermanas por qué eran mujeres, pero cuando se trataba de él, su padre no era tan condescendiente aunque llevaba años sin castigarlo de verdad- ¿Quieres que te vuelva a enseñar disciplina?- lo reta mientras toca el borde de su cinturón, pero una de las armaduras del pasillo se mueve colocándose frente a ellos y apuntando su espada, el rey agacha la mirada a Merlín quien tiene los ojos llenos de lágrimas, pero a la vez brillan de enojo.

-¿Pero qué…?- Arthur pronuncia apenas, mientras su padre empieza a reír y a aplaudir.

-¡Increible! ¡Sin duda es realmente increíble!- dice mientras patea la armadura haciéndola caer- A tan corta edad y puede conjurar magia elemental, y también controlar objetos- se agacha viendo a la niña, pero ahora ya no parece enfadado, sino por el contrario alborota su cabello y luego palmea el hombro de Arthur con fuerza- Te dije que tendrías un aliado poderoso- le susurra para luego alejarse- Por cierto tus hermanas regresarán pronto.

-Viejo borracho- se queja Arthur viéndolo desaparecer.

-Lamento lo del salón, el señor Gowther me prestó un libro y no creía ser capaz de lograrlo, solo…

-Tss, no importa, ya dije que eran unas baratijas, pero será mejor que practiques siempre en un espacio más abierto- dice cargándola en sus hombros y la pequeña se seca las lágrimas- Mejor vamos al patio y me enseñas lo que puedes lograr.

-¿Estás feliz por volver a ver a tus hermanas?

-Mmm, no lo sé, algo me dice que no les agrado del todo, mi padre las obligaba a cuidarme de pequeño y no creo que eso les gustará mucho.

-¿También hacías travesuras?

-Algunas veces, pero casi siempre ellas se echaban la culpa por mí, porque sabían que mi padre no las castigaría tan severamente.

-Entonces si deben quererte a su manera- le dice Merlín, mientras recuerda el rostro de otros niños a su alrededor, estaban dentro de lo que parecía un círculo marcado en el piso y observa cómo eran arrojados fuera de este, cuando intentaban acercarse a ella.

***

Todos en el castillo iban y venían, preparándose para recibir a las princesas. Las hermanas de Arthur eran mayores que él, pero habían estado fuera del reino por su seguridad durante los años en que los pueblos estuvieron en guerra. Una de ellas ya estaba casada con un duque, que fue quien les ofreció acogerlas mientras Uther luchaba por defender Camelot.

-Las mujeres siempre son un blanco fácil- había sido su discurso para mandarlas lejos.

Ahora finalmente estaban de regreso, al menos temporalmente, ya que ellas estaban en la edad de hacer su propia vida y sobre todo preferían tener distancia con su padre.