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Uther se encuentra en la casa de Gowther, quien le resume los logros de Merlin en el último par de meses.

-Es bastante talentosa- explica mientras beben un poco de vino- Además se ve que ella y tu hijo se llevan bastante bien.

-Si, Arthur se preocupa por ella y por eso, ya es tiempo de que haga su trabajo. 

-¿A qué te refieres?- pregunta el rubio.

-A que ya fue suficiente de trucos baratos de feria, mi hijo no necesita una compañera de juegos, sino un guardián, tal como lo es su espadachín.

-Merlín apenas está creciendo.

-Y ha demostrado que puede llegar muy lejos- le exige- Mi hija mayor dice que ya ha dejado de ser una niña, así que te estoy pidiendo que la entrenes para luchar, tal como tú lo hacías en tu mejor época.

-Bueno sobre eso…

-¿Qué pasa?- lo interrumpe.

-Siempre me ha dado la impresión de que ella tuvo algún tipo de entrenamiento antes y es de las cosas que no puede recordar.

-¿En serio lo crees? Me habías dicho que a los magos no les gustaba entrenar a las mujeres.

-Normalmente no lo hacían, además dijiste que la persona que te la entrego hace 3 años, no parecía su padre ¿No es así?

-Pues a los caballeros les dió esa impresión, no tenía remordimiento y una vez que recibió el dinero, simplemente escapó- explica- Yo también creí que solo la había encontrado por allí, cuando me dijiste que podía tratarse de una maga.

-Si, sería extraño que alguien que supiera su origen o descubriera su poder, se deshiciera tan fácil de ella, pero parece que esa persona ni siquiera sabía lo que tenía en sus manos.

-Bueno me llamarás loco, pero recordándolo bien, hasta podría jurar que estaba aliviado de que nos la lleváramos- analiza- Como sea ¿Crees que estaría mejor aquí contigo? No quiero que mi hijo la consienta demasiado y que eso afecte su desempeño.

-Creo que sería contraproducente, ahora son muy unidos y es a quien ella le tiene más confianza- dice Gowther terminando su copa- Pero le preguntare si le interesa mudarse y estudiar en mi laboratorio, y haré lo que me dices, le enseñaré hechizos de nivel más alto, para que pueda defenderse en caso de ser necesario. 

***

Esa tarde de lluvia, Merlín había seguido a su padre hasta la casa de al lado, recordaba los ruidos extraños en las habitaciones. Cómo guiada por una fuerza desconocida, había encontrado finalmente la puerta correcta, gira la perilla y la luz de varias velas llega hasta su rostro, en el suelo de aquel lugar estaba su padre, desnudo mientras usaba una máscara negra de algún tipo de metal, a su lado había varias mujeres y una de ellas estaba sobre él, a su alrededor habían dibujados varios símbolos.

-¿Qué estás haciendo aquí?- dice al verla y empuja a su acompañante.

-Me preocupé por qué no volvías y…- mira los rostros en aquel cuarto, parecían en alguna especie de trance, excepto por su padre quien ahora está enfrente de ella, apenas cubierto por una sábana y se ha quitado la máscara.

-¡Te dije que te quedarás en casa!- le grita y luego sujeta su pequeño cuello con fuerza.

-No… espera… papá… no puedo resp…- su padre la arroja hacia atrás y cierra la puerta, no sabía qué hacer así que se queda en un rincón del lugar, hasta que finalmente él sale de la habitación y luego la lleva de vuelta a su casa. 

***

La niña se despierta agitada en su nueva cama, las memorias de sus primeros años de vida cada vez eran más vividas, y parecían sacadas de algún cuento macabro. 

Su maestro tenía razón, parecía que su padre la había entrenado desde temprana edad, quizás desde los 5 o 6 años. O más bien había experimentado con ella de alguna manera y también con otras personas, incluso con otros niños. Ahora tenía miedo de descubrir que más le había hecho, debía haber sido algo muy malo para que finalmente tuviera que escapar.

Tiembla mientras se prepara para salir, no le había comentado nada de eso a Arthur, ya que de cierta forma se sentía avergonzada, por lo que trata de poner su mejor cara y se viste para poder acompañarlo.

-¿Has podido dormir?- le pregunta mientras ambos están en las afueras de Camelot.

-Si- responde tímida, Arthur se detiene y le ofrece una pequeña bolsa de caramelos que ella se apresura a tomar, eran de las pocas cosas con las que Merlín actuaba acordé a su edad.

-Se que no es la mejor habitación, de hecho quiero que tengas la de Morgause, seguro ella estará de acuerdo, ahora que tiene su propia familia, dudo que quiera volver a casa y si lo hace puede quedarse en la de Morgana.

-Te he dicho siempre que no quiero ser una molestia, soy un sirviente más del palacio, incluso podría dormir en el área de los caballeros.

-No, no vas a dormir rodeada de esos tipos.

-Ellos no saben que soy… 

-Está fuera de discusión, no dormirás allí, te quedarás en el palacio, o te compraré una casa, como la de Gowther.

-Él también me ha ofrecido mudarme, tiene un laboratorio en el que le gustaría que le ayude a trabajar.

-No, no irás a vivir con él, aunque sea un liciado.

-No deberías ocuparte tanto en mí, mejor atiende a tu madre, y de todos modos ¿Qué te preocupa tanto? 

-No es obvio, estás creciendo y… y… se supone que mi hermana hablaría esto contigo.

-Ya… está bien, es incómodo para mí también, aún con lo poco que me explico- dice tratando de borrar de su mente los recuerdos de su padre y de aquel lugar de sus pesadillas- Prometo que tendré más cuidado para que nadie más descubra qué soy una chica, pero ya no soy tan débil, ahora también puedo defenderme.

-Si, me enteré que avanzaste de nivel en tus clases.

-Así es, y como sea no necesito tanto espacio, no tengo muchas cosas, así que la habitación está bien.

Ambos continúan caminando, mientras Merlín trata de esconder un sonrojo. No eran solo sus pesadillas, también había estado extrañando al príncipe estás noches, esa era la razón por la que no podía dormir bien, su nueva habitación no era tan cálida y tampoco tenía su olor, que era algo a lo que se había acostumbrado desde el día en que llegó y Uther le prestó una de sus prendas para cubrirse. 

Había sido difícil años atrás el solo acostumbrarse a dormir en su estudio, que queda a pocos metros de él, pero ahora estaban a un piso entero de distancia.

The KingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora