-Buenos di…- el pelinaranja no logra terminar su saludo cuando el puño de Nanashi golpea su cabeza, su cabello esponjado acolchona un poco, pero igual se frota por el dolor- ¿Qué te pasa? ¿Porqué me recibes así?
-Sabes porqué- le responde el pelinegro mientras suspira.
-¿Se nota? ¿Cómo?- dice hablando bajito a pesar de que eran lo únicos en el patio.
-La forma en que la miras, ha cambiado los últimos meses y de hecho me preocupa, desde tu ceremonia de coronación es como si ignoraras todo lo que existe a tu alrededor y solo la ves a ella.
-Estas exagerando, quizás lo hago de vez en cuando, pero en el campo de batalla, no me desconcentro.
-Cuando vino aquí solía pensar que la veías como un hermano mayor.
-También yo, pero un hermano… querría protegerla, sobre todo de los hombres que quisieran hacer con ella, las cosas que yo quiero hacerle- un segundo golpe va está vez a su estómago que lo manda de rodillas al suelo está vez- No… no es necesario que me golpees tan… fuerte- dice jalando aire.
-Es por qué estás distraído, de lo contrario los habrías esquivado, hoy entrenaremos una hora extra para que recuerdes mantener la sangre en tu cabeza y no entre tus piernas- dice mientras le arroja una espada- ¿Por cierto dónde está?
-Dijo que hablaría con Gowther.
***
Un péndulo oscilaba frente a ella, sentía sus párpados pesados, pero luchaba por no cerrar sus ojos.
-No te resistas Merlín, lo que quieres saber está dentro de tu cabeza y trataremos de llegar a él- dice la voz de su maestro Gowther.
Cede finalmente y su vista queda a oscuras; ahora tenía 17 años y el rubio había aceptado ayudarla con ese experimento después de que ella le había dicho que podía leer algunos de los hechizos del libro, recordaba las palabras de los grabados que su padre siempre hacía en el suelo o en las paredes.
-¿Dónde estás?- le pregunta el mago.
-Es… es una habitación iluminada, es como el cuarto de una doncella… estoy en sus brazos- responde dentro del trance.
-¿La reconoces?
-Su nombre es Aldan, mi padre acaba de entrar y llamarla así, le sonríe y me toma de su regazo, parece molesto por no haber tenido un varón, pero lo oculta bien y me lleva consigo, le dice que descanse.
-¿Ella es tu madre?
-Si… pero… es la única vez que la recuerdo, papá me lleva a otro sitio, hay más niños allí, todos tienen marcas en sus brazos, algunos se ven muy débiles, una mujer extraña los alimenta, él me deja con ellos.
-¿Qué hacía tu padre con ellos?
-Dice que somos los últimos magos, que debemos reconstruir la gloria de nuestra ciudad, que nos ha buscado por todas partes del reino, que nos ha creado con ese propósito, me dice que mi madre era también una bruja, que yo soy especial, que me entrenará…- Merlín hace una pausa y coloca su mano sobre las runas en su brazo- Me duele mucho, cada marca…
-Las runas se colocan mediante magia- le explica tomando su mano- Si se borran con el tiempo debes colocar la del siguiente nivel, en tu caso es la runa de más alto rango que he visto alguna vez.
-Mi padre…
-¿Te ha dicho lo quiere lograr?
-No, solo me visita de vez en cuando, me enseña cómo luchar, me golpea por rehusarme, dice que debo terminar mi entrenamiento… se sienta frente a mí, me coloca un hechizo y me pide que describa lo que veo.

ESTÁS LEYENDO
The Kingdom
Fiksi PenggemarMerlín una de las últimas hechiceras de Brittania, llega a la vida de Arthur Pendragon desde muy corta edad. ¿Cómo cambiarán el destino uno del otro? ¿Puedes enamorarte de la persona a quien juraste proteger?