El avión aterriza en la pista del aeropuerto de París.
Tiemblo cómo un flan. Soy consciente de que es la tontería
más grande que he hecho en mi vida, y eso que todavía no ha empezado la aventura.Anastacia, la azafata, me dedica una sonrisa amable.
— Espero que haya disfrutado del vuelo.
— Sí, muchas gracias.
Me aseguro de tener todas mis pertenencias y no haber
olvidado nada. El avión es increíblemente lujoso en todos los aspectos. Rodeado de tanta ostentación, me resulta imposible olvidar quién es Emilio.Es un Osorio, heredero del imperio mediático más exitoso
del sector de los medios de comunicación y de una de las
familias más acaudaladas del planeta. Y hasta hace sólo 1 semana, lo odiaba a muerte.Puede que todavía lo odie un poco.
Pero hay algo en él que me hace tener sed de más.
Me siento estúpida por haber decidido venir a París. Le
han bastado un par de bromas y un poquito de compasión para tenerme comiendo de su mano y convencerme para hacer lo inimaginable. Si quisiera un futuro con él, daría media vuelta y me iría por dónde he venido para ponérselo difícil.Pero no lo quiero.
Sé lo que es ésto: un fin de semana lejos de la rutina, una
ocasión para acostarme otra vez con Emilio con el pretexto de la conferencia. Y me parece bien. El futuro es de lo más
prometedor.Es un alivio porque, así, no tengo la presión de querer
impresionarlo ni tengo porqué creer nada de lo que me dice. Y, lo más importante de todo, no tengo que fingir ser alguien que no soy.Emilio es divertido y estoy muy a gusto con él. De algún
modo, es cómo si lo conociera de toda la vida. Y reconozco
que su destreza en la cama es una ventaja adicional.
Se me cae el alma a los pies cuándo me invade la culpa por
estar aquí y acostarme con otro hombre que no es mi marido. Por amar cada segundo y querer todavía más.Se suponía que sería sólo una noche.
Recuerdo las palabras de Nikolás antes de que me fuera.
¿No debería vivir la vida que planeamos Andrés y yo?
Si hubiera muerto yo en lugar de él, no querría que
permaneciera soltero el resto de su vida. Me gustaría que fuera feliz y se sintiera realizado cómo hombre.Cuando regresemos a México el domingo por la
noche, Emilio y yo no nos volveremos a ver. Me iré a casa lo
bastante satisfecho sexualmente cómo para aguantar otros
5 años de sequía. Sinceramente, estoy orgulloso de pensar
en mí por primera vez en mucho tiempo.No es algo propio de mí.
— El auto lo está esperando, señor Vázquez — me
informa Anastacia.— Gracias.
Cuándo bajo las escaleras y salgo a la pista, reparo en el
vehículo negro que aguarda con la puerta abierta. El chófer me saluda.— Merci — digo mientras entro.
Se acomoda en el asiento del conductor y arranca.
Emilio me ha llamado antes para avisarme de que no
podría venir a buscarme porque su reunión se había retrasado y que nos veríamos en el hotel. Sonrío al recordar que he respondido al celular cuándo estaba sentado al lado de sus groupies, que no saben nada de lo nuestro.Estoy desinhibido y no me reconozco.
Me aferro a mi bolso, que descansa sobre mi regazo.
Respiro de manera entrecortada mientras trato de calmarme.
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LA FUSION 《ADAPTACIÓN EMILIACO》
Fanfiction«Emilio Osorio siempre consigue lo que quiere... Y ahora me quiere a mí». Conocí a Emilio Osorio cuándo me hizo una oferta para comprar mi empresa. La rechacé. Luego me invitó a cenar. Lo rechacé. 6 meses después, nos reencontramos en Francia. A...