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Me incorporo de golpe y me estremezco.

— ¿Qué haces tú aquí? — espeto.

— Estoy en mi cuarto — brama.

Vuelvo a tumbarme y me tapo.

— Pues estoy durmiendo. Vete.

— ¡¿Qué?!

Entonces, me incorporo tan rápido cómo el mismísimo
diablo.

— Escúchame, niño — susurro con los dientes apretados —,
he pasado una noche horrible, así que cómo me levante, voy a tirarte por la ventana.

— ¿Quieres hacerme llorar? — susurra imitando a un bebé

—  A mi papi no le gustan los hombres grandes y siniestros
que se meten conmigo.

Entorno los ojos. Maldito niñato calculador.

— Muy bien, chívate a tu padre y verás lo que te pasa —
murmuro enfadado — No me provoques.

— No me provoques tú — gruñe.

— Vete — musito.

— Es mi cuarto. Vete tú.

Lo fulmino con la mirada.

— No pienso moverme — amenazo mirándolo a los ojos.

Entonces, cómo si hubiera tenido una idea, sonríe con aire
amenazador y sale de la habitación hecho una furia. Me tumbo y miro al techo. ¿A qué habrá venido esa
sonrisa siniestra? ¿Qué estará tramando?














 ¿A qué habrá venido esasonrisa siniestra? ¿Qué estará tramando?

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Joaquín

Me levanto de la cama a toda prisa y cruzo el pasillo que
conduce a su cuarto. Pego la oreja a la puerta que está cerrada y escucho.

¿Se habrá metido aquí dentro?

Juro que cómo me delate es hombre muerto. No oigo nada. Miro de izquierda y derecha. No hay nadie. Abro la puerta despacio. Joaquín duerme cómo un tronco. Entro en el dormitorio, cierro la puerta y echo el pestillo. Me acerco a la cama con sigilo. Joaquín duerme bocarriba y se tapa la cara con las manos. Sonrío al verlo así. Parece un ángel.

Es precioso.

Echo un vistazo al dormitorio. Su presencia llena toda la
habitación. Madre mía, tengo tantas ganas de abrazarlo y
besarlo…

Pero no puedo… ¿Ó sí?

Arqueo una ceja mientras lo observo. Quizá sí.

Me meto en la cama y me tumbo de lado junto a él. Separa los labios al respirar. Está despeinado y se le mueven
las pestañas. Deslizo la mirada hacía abajo, más allá de su
cuello, de su perfecto escote… De su camisón de flores y la
piel pálida que se oculta debajo. Nunca en mi vida he conocido a un hombre más hermosa que él. Es perfecto, de arriba a abajo.

LA FUSION 《ADAPTACIÓN EMILIACO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora