18

152 14 54
                                    











— Dice que no. Eso es lo que dice — espeta Ethan —.
Menuda pregunta, ¡pues claro que no vá a salir contigo!

Miro a Emilio boquiabierto. ¿¡Qué acaba de pasar!? ¡Qué
tío tan impaciente!

Sonríe con dulzura y añade:

— ¿Y bien?

— Pues… — Miro a mis hijos. Peter sonríe con ilusión,
Ethan fulmina con la mirada a Emilio y parece que Jason se
haya tragado una mosca —. Pues… Mmm…

— Bueno, dijiste que estabas preparado para tener otro
amigo — argumenta Emilio — Alguien con quién ir al cine y
salir a cenar. Un novio, por así decirlo.

Me he quedado sin palabras. Éste hombre es de lo que no
hay.

— En mi opinión, tienes cuatro opciones — prosigue.

Frunzo el ceño y digo:

— Ah, ¿sí?

— Sí — responde, y procede a explicar su argumento —:
Puedes salir con el tío que conociste en París. — Nos sirve
agua a todos de la jarra que hay en la mesa — Sin embargo,
eso significaría que tendríais que iros a vivir a Francia. — Bebe agua mientras se encoge de hombros cómo si nada —. Es obvio que Pifia y Woofy no podrían mudarse a París, así que tendrían que venir a vivir conmigo.

Los chicos lo miran horrorizados.

— Yo paso de ir a París — espeta Ethan, indignado.

— Y yo — susurra Jason, enfadado — Es que ni de coña,
vamos.

— Yo también — coincide Peter.

Los ojos le hacen chiribitas a Emilio. Ya veo por dónde vá.

— No sé. A lo mejor nos acaba gustando París — respondo
con una sonrisa.

— Que no, papá — masculla Ethan con rabia — Será
mejor que te lo quites de la cabeza ó tendré que llamar a la
abuela. No le gustará nada la idea.

— ¿Cuáles son las otras opciones? — pregunto para
seguirle el juego a Emilio.

— Podrías salir con Mauricio, de la clase de pilates — sugiere.

— Ah, bueno, es simpático. — Sonrío con ternura y añado
—: Me cae bien. Buena elección.

Emilio se pone serio.

— Joaquín, es un muermo — masculla en tono seco.

— Pero muy guapo, ¿a que sí?

Emilio entorna los ojos. Me muerdo el labio para no
reírme.

— Me duele la cabeza — se queja Ethan, que se lleva las
manos a las sienes.

— Papá, no — dice Jason, cortante — Qué vergüenza,
vá a hacer pilates con una camisa de musculitos.

— Eso — sisea Emilio — Opino lo mismo. Mancillará
vuestro apellido.

— Es muy raro — conviene Peter — Reconócelo.

Suspiro de manera exagerada.

— Vaaale, ¿qué opciones quedan?

— Podrías conocer a alguien que tenga hijos.

Parpadeo. No esperaba que fuera a decir algo así.

— Pero cuándo venga a verte, traerá a sus hijos, y tendrán
que dormir en algún sitio. Así que, a partir de ese momento, Ethan y Peter tendrían que compartir cuarto.

LA FUSION 《ADAPTACIÓN EMILIACO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora