Entre Viñas y Cerezos 2

Capítulo 26

Cuando Min, Tae y Jungkook regresaron al comedor, se encontraron con que había llegado Hyung Sik. Estaba muy acomodado en el asiento contiguo al de Taehyung que, tan amablemente, Irene le había cedido.

El azabache sintió crecer su inseguridad.

Min lo saludó con un apretón de manos, y Jungkook solo se permitió un inexpresivo "Buenas noches". Luego, llegó el turno de Tae.

_ ¡No te puedo dejar ni un día solo! _ dijo el jóven en chanza al ver el cambio de look.

_ Digamos que tuve un arrebato de locura _ el nuevo rubio rió divertido.

Levantándose de la silla, Park tomó su mano y lo hizo dar una vuelta para verlo mejor.

_ Ya me había advertido Bo Gum lo bien que te veías rubio _ se acercó para saludarlo con un beso en la mejilla _ Pero, definitivamente se quedó corto. Estás deslumbrante.

_ Gracias, Hyung _ Taehyung aceptó el halago de muy buena gana para luego sentarse y seguir comiendo.

_ Temí que ya no vinieras _ le dijo Tae a su socio.

_ Te prometí que vendría y aquí estoy _ le recordó Park _ Pero ya sabes, mis padres se ponen un poco demandantes cuando no me han visto en semanas. Por cierto, te mandan cariños y te esperan a comer cuando gustes.

Jungkook regresó a su asiento, donde su madre lo esperaba para preguntarle si estaba bien.

_ Estuve pensando en ellos y, ¿crees que estaría bien si voy el domingo? _ le preguntó Taehyung a Park.

_ Por supuesto que sí _ le aseguró Hyung Sik _ Acomodaré mi agenda para entonces.

_ Perfecto _ el nuevo rubio se mostró entusiasmado _ Voy a preparar unas empanadas de carne. Estoy seguro que a tu padre le gustarán tanto como a tí.

_ Y a mi madre también. Ten por seguro que te va a pedir la receta.

_ Se la daré encantado _ dijo Tae _ Además, creo que...

Jungkook no pudo escuchar la conversación como hubiese querido, porque su hijo se trepó en sus piernas para sonsacarle información acerca de los regalos que había traído. Para desagrado del pequeño, le respondió que no podía contarle porque los presentes debían ser una sorpresa. Esporádicamente, y con escaso disimulo, siguió mirando a Tae y a Park. Notó que el diálogo entre ellos era fluido y parecían por demás cercanos.

Luego, Binnie siguió indagando sobre la hora, y qué posibilidades había de que Santa se confundiese y sus regalos llegaran antes de la medianoche. El pelinegro le explicó que eso era imposible porque Santa era puntual y nunca llegaba antes, ni después. En ningún momento dejó de estar atento a la interacción entre Taehyung y Park, y cayó en la cuenta que esta vez no había besos en la frente por parte de Hyung Sik, ni siquiera agarraditas de manos. Lo cual le devolvió las esperanzas.

Su incansable hijo, esta vez preguntó cuántos años debía tener para ser considerado adulto. Le agradaba la idea de poder decirle a sus amigos el presente que quería recibir, y evitar así los bóxers de Spiderman y los infaltables sets playeros de baldecito y pala. Cuando su padre le informó que en Corea debías tener veinte años para ser reconocido como adulto, Soobin decidió que ninguna de sus respuestas le fueron de ayuda y se bajó de su regazo para ir directo al de Jimin que le dió muchos besos y, sin poder negarle nada a su sobrino, le contó en secreto que le había comprado a Min un hermoso reloj. Gracias a eso, el azabache quedó libre para poder escuchar la conversación que se desarrollaba justo frente a él, y a la cual se había sumado Bo Gum.