Capítulo 33

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_ ¡TAE! ¡Métanse debajo de la escalera! _ gritó Jungkook, mientras empezaba a cerrar las ventanas lo más rápido que podía _ ¡AHORA!.

El rubio no preguntó nada. Saltó del sofá con su hijo aferrado a su pecho y corrió los pocos metros que lo separaban del bajo de la escalera. Se metió a gateando en el estrecho espacio y dejó que Soobin se arrodillara a su lado.

Un nuevo estruendo se escuchó y el viento llegó violentamente causando que la puerta que daba a la cocina se cerrarse estrepitosamente.

_ ¡TATA! _ gritó su pequeño lleno de pavor, haciendo que el cachorro comenzara a ladrar.

Taehyung miró hacia el ventanal y vió a Jungkook peleando con las cortinas que se agitaban impidiendo que pudiera cerrar los cristales y las persianas, mojándose inevitablemente. Afuera parecía de noche, pero se podía ver como algunas ramas de los árboles se partían y volaban por doquier.

_ Dios, protéjelo _ murmuró angustiado.

Quería ayudarlo, pero temía dejar a Binnie allí solo estando tan asustado. Y entonces, el ruido del estallido de un vidrio reclamó su atención. Una rama golpeó uno de los cristales y este se rompió. El rubio vió como el pelinegro agitó una de sus manos y supo que estaba herido.

_ ¡Binnie! ¡Necesito que te metas lo mas abajo posible y te quedes ahí hasta que yo vuelva!.

_ ¡NO, TATA! _ suplicó el niño _ ¡NO ME DEJES!.

_ ¡Papá se cortó con el cristal, Soobin! ¡Debo ayudarlo! _ le dijo a su hijo _ ¡Debes ser valiente y cuidar a Tannie! ¡Voy por papá y vuelvo! ¡Lo juro!.

A pesar de su corta edad, Soobin sabía que debía hacer caso, y que su Tata jamás rompería un juramento. Con las lágrimas cayendo a raudales por su carita, asintió. Metió al cachorro dentro de su suéter y gateó hasta estar en la parte más resguardada debajo de la escalera.

Taehyung le sonrió agradecido y corrió a socorrer al azabache.

_ ¡JUNGKOOK, TÚ SOSTÉN LA CORTINA! ¡YO CERRARÉ LA PERSIANA! _ gritó a través del ruido del viento y el agua que castigaba las ventanas.

_ ¡NO! ¡YO PUEDO HACERLO! ¡TÚ VE CON BINNIE!.

_ ¡NO DISCUTAS, JUNGKOOK! ¡BINNIE ESTÁ A RESGUARDO! ¡HAGAMOS ESTO JUNTOS!.

El pelinegro asintió. Tomó las cortinas y tiró de ellas con fuerza manchandolas con la sangre que brotaba de su mano. El rubio jaló la correa de la persiana y esta bajó de golpe. El viento frenó dentro de la casa, aunque afuera parecía estar empeorando. El bramido de las ráfagas era constante, y el estruendo de los rayos que caían cerca de hacían temblar la casa.
Otro ruido fuerte y otro cristal estalló. Algo había golpeado contra otra de las ventanas. El viento se coló de inmediato.

_ ¡EL FUEGO! _ Tae dió un alarido y corrió hacia la chimenea para cerrar la tapa.

Pero Jungkook se quedó mirando frenéticamente hacia los lados buscando algo con qué apagar el fuego. Sabía que si el viento tiraba la tapa, una sola chispa bastaría para causar un incendio. Entonces recordó los floreros. A la carrera, tomó el que estaba junto al sofá y luego fue por el que estaba en la mesa de la entrada. Regresó con ellos y haciéndole señas a Taehyung para que destapara la boca de la chimenea, los estrelló dentro esparciendo su contenido. El fuego se apagó al momento y Tae volvió a cerrar la tapa.

_ ¡VAMOS CON SOOBIN! _ gritó Jungkook tomando del brazo a Taehyung con su mano sana.

Juntos corrieron a la escalera y a gatas se metieron debajo. El pequeño estaba allí, aún con el cachorro dentro de su ropa y con el llanto a mil, pero completamente a salvo.

Entre Viñas y Cerezos 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora