Capítulo 8

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Aferrados al viejo roble como si fueran uno solo, con las rodillas débiles, la respiración inestable y los ojos cerrados con firmeza, se mantuvieron quietos remontando el goce. Taehyung con su frente contra la corteza y el pelinegro con la suya en la nuca del castaño, se mantuvieron quietos hasta lograr estabilizarse.
Justo cuando los últimos espasmos de placer se extinguieron y las piernas dejaron de temblar, y como si hubiesen estado inmersos en un sueño, despertaron a la cruel realidad. Tae empujó suavemente para despegarse del árbol y Jungkook se deslizó fuera para proceder a quitarse el condón.

_ Sangre... _ murmuró asustado.

El castaño giró la cabeza y vió algunas manchas rojas en el preservativo.

_ Tae... y-yo... _ tartamudeó Jeon _ Yo... lo siento...

_ No importa _ aseguró Taehyung mientras se apresuraba a sacar un pañuelo del bolsillo de su camisa para limpiarse y posteriormente abotonarse la ropa.

Miró a su alrededor y divisó un cesto justo al lado de una farola. Arrojó el pañuelo allí y Jungkook lo siguió e hizo lo mismo con el condón.

El pelinegro lo escuchó suspirar mientras se acomodaba la camisa dentro del pantalón. Supo que le estaba doliendo y se sintió responsable. Lo era. Inmediatamente se arrepintió de haberse comportado como un bruto.

_ Escucha, salgamos de aquí y vamos ...

_ De ninguna manera _ negó el castaño.

_ Necesitas cuidados. Vamos a una farmacia a comprar un ungüento.

_ No es necesario _ Taehyung intentó marcharse.

_ Tae... _ el azabache lo tomó del brazo con suavidad _ Tengo una habitación en el Hilton, allí podrías descansar y curarte.

_ Ya dije que no _ repitió el castaño, soltándose y sin mirarlo _ Estoy bien.

Jungkook se dió cuenta que todo había vuelto a fojas cero, y se apresuró a arreglarse también.

_ Si vienes conmigo, además de curarte, tú y yo podríamos hablar _ le insistió _ Creo que hay cosas que debemos aclarar, Taehyung.

El castaño se estiró la camisa con las manos y trató de peinar sus rebeldes mechones.

_ No hay nada de que hablar, Jungkook, porque nada va a cambiar lo que pasó _ sentenció mirándolo de frente _ Tengo que irme. Por favor, ya no te acerques a mi.

Se dió la vuelta y comenzó a caminar por el parque, pero el azabache lo siguió.

_ ¿Te acuestas con Park? _ le preguntó con rabia _ Me refiero a Park Hyung Sik. Sé que con Seo Joon nunca dejaste de hacerlo.

Taehyung se detuvo en seco y giró clavando su mirada en la del otro.

_ ¿Qué?.

_ Vamos, deja de tomarme por idiota y reconócelo. Al menos ten un poco de decencia para admitirlo ya que no la tuviste para respetarme.

_ ¿De qué mierda estás hablando, Jungkook?.

_ Taehyung, ambos sabemos que me apuñalaste por la espalda _ le espetó entre dientes y con la mandíbula apretada _ No finjas, porque me enfurece que pretendas no entender y voy a terminar perdiendo los estribos.

Para el castaño las acusaciones de Jeon eran totalmente ridículas e inverosímiles.

_ No, Jungkook, en realidad no lo entiendo. Como tampoco entendí que me abandonaras sin una puta explicación cuando se suponía que ambos queríamos lo mismo _ le recordó pensando en su hijo _ Aún así, no te he reclamado nada ni trato de echar la mierda sobre tí.

Entre Viñas y Cerezos 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora