Capítulo 27

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Luego de una Nochebuena maravillosa, llena de amigos y sobre todo, junto a Jungkook, las fuerzas de Taehyung fueron renovadas y su espíritu fortalecido. Hyung Sik, amoroso como siempre, le había dado unas cortas vacaciones de cuatro días, por lo que no tendría que trabajar hasta el lunes siguiente, y ellos lo estaban aprovechando muy bien.

Jungkook pasó por ellos antes del mediodía y los llevó a comer hamburguesas. Después, una entretenida tarde recorriendo las distintas propuestas de Shinsegae Centum, una divertida película en el cine, y para terminar, una exquisita merienda.
Al día siguiente, Tae propuso una visita a Zooraji donde compartieron juntos el recorrido para ver los dinosaurios. De más está decir que Jungkook y Binnie eran quienes más lo disfrutaron. Padre e hijo, corrían de un lado para el otro de atracción en atracción sobrepasados de entusiasmo, mientras el rubio reía al verlos tan felices sin dejar de tomarle decenas de fotos que guardaba cual tesoro en su galería. Había sido un hermoso descubrimiento lo bien que él y el azabache podían llevarse como padres.

Ahora se sentían mucho más relajados y las cosas fluían naturalmente. Cosas simples como elegir el lugar donde ir, la película que ver, o si dejar que Binnie comiera otro helado de chocolate, todo era consensuado entre ambos. Y para alegría del rubio, Jungkook era por demás cuidadoso con su pequeño. Estaba pendiente de su hijo tanto como él mismo, lo cual le daba mucha tranquilidad y confianza. En cuanto a su relación, estaban en un punto donde todo era perfectamente armonioso. Risa, diversión, y uno que otro beso robado cuando Binnie no estaba viendo. Aunque esos besitos ya no eran suficiente. Solo esperaba que todo continuara de la misma manera.

Hoy, un nuevo y resplandeciente día brillaba para Taehyung. Con los pies cobijados en sus pantuflas y una gruesa bata de tela de corderito envolviendo su cuerpo, fue a levantar a su pequeño hombrecito que, luego de una noche de desvelo, aún seguía pegado a las sábanas negándose a salir de ellas.

_ Buenos días, dormilón _ lo saludó besando sus mejillas _ Ya es hora de levantarnos, mi amor.

_ No, Tata _ rezongó, sin siquiera abrir los ojitos _ Quiero seguir durmiendo un rato más.

_ Anoche no te querías acostar, ahora no te quieres levantar _ le reclamó el rubio dejándolo para ir por su ropa _ Te dije muchas veces que te bañaras temprano y te fueras a dormir, pero hasta que no te arrastré a la ducha no dejaste de jugar con el cachorro.

_ Tengo sueño, Tata _ su hijo bostezó y se cubrió hasta la cabeza decidido a quedarse en la cama.

_ Entonces, ¿no quieres ir a casa de tu papá? _ Taehyung sabía que la sola mención de su otro padre sería suficiente para espabilarlo por completo.

_ ¿A la casa de papá Jungkook? _ inquirió asomándose entre un revuelto de mantas _ ¡SÍ! ¡Sí queremos! ¿Verdad Perrito?.

El rubio, que estaba rebuscando en el armario la ropa para vestirlo, se dió la vuelta y descubrió al cachorro dormido al lado de su hijo.

_ ¡Soobin! _ lo reprendió _ ¿Cómo se te ocurre meter el perro a la cama? Va a llenar de pelos las mantas del tío Chim?.

_ ¡Oye! _ Jimin entró al cuarto llevando un plato con galletas de jengibre _ No estés reprendiendo a mi conejito. Yo mismo traje al perrito para que durmieran juntos.

_ Jiminie, ya deja de malcriarlo, por favor _ le pidió su soulmate _ En casa no le permitiré hacer eso.

_ ¿Por qué no? _ su amigo se puso del lado de su sobrino, como siempre _ ¿Para qué existen las tintorerías, TaeTae?. Ellos se encargarán de los pelos.

_ Tú todo lo ves fácil _ reprochó rodando los ojos.

_ ¡Porque lo es! _ decretó, sonriéndole a Binnie que abrazaba el cachorro.

Entre Viñas y Cerezos 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora