Capítulo 32

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_ No volveré a beber en toda mi vida _ prometía el rubio, vestido con una bata y arrodillado en el baño sin poder sacar la cabeza del escusado.

Luego de otra ronda de sexo en la ducha, el alcohol le había hecho efecto.

_ Entonces, voy a extrañar al Tae belicoso y desvergonzado que solo logra sacar el champagne _ Jungkook, quien a su vez estaba envuelto en una toalla, se mofó de él.

_ Ya no más _ aseguró Taehyung _ ¿Tú también te sentías igual después de beber en exceso?.

_ Muchas veces.

_ ¿Y por qué seguías? _ preguntó _ Esta es mi primera vez y ya me quiero morir.

_ Esa es la diferencia, amor _ dijo el pelinegro acariciando su pelo _ Yo bebía para no querer morir.

El rubio alzó la cabeza y lo miró angustiado.

_ No quiero que vuelvas a sentirte así.

_ No volverá a pasar, Bebé _ le aseguró Jungkook, con una sonrisa tranquilizadora _ Ahora te tengo conmigo. Y ambos tenemos a Binnie.

_ A veces me da miedo hacer algo que pueda hacerte caer en tentación.

_ No. No volveré a hacerlo _ negó _ Y no solo porque los tengo a ustedes. A través de la terapia y el grupo de apoyo, he logrado entender que el único responsable de mi alcoholismo soy yo. Por lo tanto, también soy yo quien tiene el poder de ponerle fin. Y lo hice cuando supe que Soobin era mi hijo. Ahora lo hago porque comprendo que me merezco perdonarme y ser feliz.

Los ojitos chocolates lo miraron llenos de amor.

_ ¿Te dije que te amo?

_ No _ Jungkook le acarició la mejilla _ Tampoco me dijiste cuánto me van a costar tus "servicios".

_ Aún no lo sé _ el rubio arrugó la naríz formando un bonito mohín _ Pero no será poco. Me dejaste doliendo el culo.

_ Gajes de tu nuevo oficio, Bebé _ el pelinegro se burló de él, y fue en busca de un vaso con agua y el cepillo de dientes _ Ahora, vamos. Cepilla tu boca y vete a dormir.

Taehyung se cepilló y enjuagó sin queja alguna. Cuando terminó, el azabache volvió a dejar todo en el vanitory y regresó para tenderle la mano y ayudarlo a pararse. El rubio se puso de pié sin muchas ganas, pero al hacerlo casi se va de bruces.

_ ¿Qué pasa, amor? _ Jungkook apretó el agarre y lo sostuvo a tiempo para evitar que cayera.

La carita de su chico estaba completamente pálida.

_ Estoy... mareado _ balbuceó Taehyung, y con dificultad, agregó _ Jungkook... creo que me voy a desmayar.

El instinto del pelinegro actuó por sí solo. Y casi sin ser consciente, lo levantó en brazos y lo sentó sobre el vanitory aferrándolo firmemente contra su pecho.

_ Tae, ¿que tienes? _ inquirió algo asustado _ ¿Me escuchas, Tae?.

_ Si _ le contestó el rubio con un hilo de voz.

_ ¡Qué susto, amor!. Creí que estabas inconsciente _ murmuró Jungkook, respirando aliviado.

Sosteniéndolo con un brazo, abrió la canilla y se mojó la mano, para luego humedecerle la cara. Tae se dejó hacer, lánguido y con los ojos cerrados sintiéndose extraño. Nunca le había pasado algo así. Estaba bastante acostumbrado a beber. Tampoco estaba teniendo una crisis.

De a poco las cosas volvieron a estabilizarse para él y el color regresó a sus mejillas.

_ No sé qué me pasó, Kookie _ musitó _ El champagne jamás me ha caído mal.

Entre Viñas y Cerezos 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora