El rostro malhumorado de la conciencia acarició el mío y, al despertarme, reparé en un gran peso atravesado en mi cintura y en el hecho de que estaba inusualmente caliente.Me di cuenta de que era el calor lo que me había despertado. Si tenía que hacer caso de la pesadez de mis párpados y su reticencia a abrirse, era demasiado temprano para levantarme y probablemente debería volver a dormirme.
Pero ese peso atravesado en mi cintura me resultaba familiar.
Me obligué a abrir los ojos y miré el pecho desnudo que tenía a unos centímetros de mi cara.
Vale, ¿qué?
¡Despierta! Mis ojos somnolientos e irritados recorrieron ese pecho hasta la cara, y la realidad se abrió paso de forma lenta pero segura. Ryujin estaba en mi cama.
Otra vez.
Tardé un momento, recordando que había llegado la noche anterior y la había encontrado dormida en el sofá.
Había hablado con Yuna, me había lavado en el cuarto de baño y luego había pillado el sobre.
Estaba claro que, en algún momento de la noche, Ryujin se había metido en mi cama.
Ese no era el trato.
Soltando un resoplido de enfado, la empujé con todas mis fuerzas. Y cuando digo con todas mis fuerzas quiero decir que la tiré de la cama.
Su cuerpo impactó en el suelo con un ruido sordo y que sonó doloroso. Me incliné para ver que abría los ojos, empañados y confundidos por el hecho de que me estaba mirando desde su posición tumbada en el suelo. ¿He mencionado que estaba completamente desnuda?
—Joder, Yeji —se quejó, con la voz áspera por el sueño—. ¿Qué demonios ha sido eso?
Le sonreí desde arriba.
—Era mi forma de recordarte que era solo sexo.
Se incorporó apoyándose en los codos. Tenía el pelo desordenado y expresión beligerante, y un aspecto tremendamente sexy.
— ¿Así que has pensado que podías tirarme de tu cama?
—Con estilo. —Asentí, sonriendo con dulzura.
Ryujin asintió lentamente como si aceptara que tenía razón.
—Vale... —Suspiró.
Y entonces estrangulé un chillido de miedo cuando se levantó y me agarró por los brazos con manos fuertes para arrastrarme al suelo con ella.
— ¡Ryujin! —grité, cuando me tumbó de espaldas.
Y entonces vino lo peor. Empezó a hacerme cosquillas. Chillé como una niña, retorciéndome y riendo mientras intentaba eludir su ataque.
— ¡Para!
Su sonrisa era perversa y decidida, y ella era rápida y fuerte para esquivar mis patadas sin dejar de sujetarme en el suelo y hacerme cosquillas.
— ¡Ryujin, para!
Apenas podía respirar de la risa tan fuerte y de utilizar tanta energía para librarme de ella.
— ¿Puedo confiar en que podré acostarme a tu lado en el futuro sin temer ataques arteros mientras estoy durmiendo? —preguntó en voz alta, por encima del ruido de medio ahogo medio risa que salía de mí.
— ¡Sí! —prometí, porque ya empezaban a dolerme las costillas.
Paró y yo respiré hondo, relajándome en el suelo a su lado. Hice una mueca.
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QUINTA AVENIDA - Ryeji
FanfictionHace cuatro años Hwang Yeji dejó atrás su trágico pasado en Italia y comenzó de nuevo en EE.UU. Enterrándose en el dolor, ignorando sus demonios y avanzando sin ninguna atadura real, ha funcionado bien para ella hasta ahora, pero cuando Yeji se mud...