Capítulo 17

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Con un montón de sexo y risas, ese fin de semana Ryujin y yo cerramos la brecha que se había abierto entre nosotras. Yo trabajé, Ryujin trabajó y luego el domingo, Jiwon y Clark se llevaron a los niños a pasar el día en Central Park, con lo cual Yuna, Ryujin y yo salimos con Chaeryeong, Nayeon y Jackson.

Era la primera vez que estábamos juntas en una situación social con otra gente desde que había empezado lo nuestro. Supe en cuanto entramos a comer en el pub favorito de Jackson en Royal Mile que ya todos estaban al corriente de nuestro acuerdo. Nayeon nos miró como si fuéramos un experimento científico y Jackson tenía esa sonrisa bobalicona, de niño pequeño. Chaeryeong llegó a guiñarme un ojo.

Juro por Dios que habría salido corriendo si Ryujin no lo hubiera previsto y no me hubiera agarrado del brazo para tirar de mí hacia delante. Una vez que se dieron cuenta de que nada había cambiado —no éramos una pareja, no nos cogimos de la mano ni nos hicimos mimos y, de hecho, nuestras sillas estaban bastante separadas—, todos actuaron con normalidad.

Disfrutamos de una gran comida y unas pocas cervezas y luego fuimos juntos al cine. Ryujin ocupó un asiento al lado del mío y, vale..., puede que hubiera caricias en la oscuridad.

No nos vimos el lunes, con lo cual conseguí escribir otro capítulo de mi libro y hacerme un hueco para otra visita con la doctora Sylvester.

Eso fue divertido.

El martes, Ryujin hizo su pausa de mediodía en mi cama.

El miércoles estuvo con muchísimo trabajo y no la vi en ningún momento. Pasé la noche con Yuna, soportando una peli romántica juvenil que me puso los dientes largos de tan empalagosa que era.

Insistí en que la siguiente noche de cine veríamos algo o a alguien mutilado por una estrella de acción o pondríamos una peli de Gene Kelly.

—Eres un tonto.....porque no vas con ella —Yuna arrugó la nariz mientras comía grageas de chocolate.

Aparté la mirada de la empalagosa peli romántica para mirarla a ella a través de la sala.

Estaba tumbada en el sofá, cubierta de envoltorios de chocolate. ¿Cómo es que no engordaba?

— ¿Porque no me gustan las pelis románticas cursis?

—No, porque prefieres ver que aporrean a alguien en lugar de una declaración de amor.

—Cierto.

—Que desperdicio.........con esas palabras, pareces un chico.

Puse mala cara.

—Creo que Ryujin no estaría de acuerdo.

—Uf. Eso ha sido feo.

Sonreí perversamente.

—Has dicho que era un chico.

Yuna volvió la cabeza en un cojín para mirarme.

—Hablando de... No es que quisiera fijarme (no puedo evitar mis capacidades excepcionales de observación), pero parece que están haciendo lo que estén haciendo según la agenda de Ryujin. ¿Te parece bien?

No es que yo misma no me hubiera fijado. Pero en serio, ¿cómo podía discutir eso? Yo «trabajaba» en casa, y Ryujin trabajaba todo el tiempo. Cuando yo trabajaba, era en dos de las únicas noches en que Ryujin estaba libre.

—Es una mujer de negocios ocupada. Eso lo entiendo.

Yuna asintió.

—A un montón de sus novias les molestaba.

QUINTA AVENIDA - Ryeji Donde viven las historias. Descúbrelo ahora