Capítulo 19

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Los siguientes meses fueron un destello de Ryujin.

Después de la noche en Fire seguía bastante consternada respecto a toda la cuestión de Kai. Hice lo posible para convencerla de que el tipo merecía el puñetazo, y lo que es más importante, para que comprendiera que perder los nervios en ese momento no la convertía en una mala persona.

Descubrí más cosas de Kai a través de Chaeryeong.

Aparentemente, todos habían sido amigos desde la escuela primaria, pero al hacerse mayores Kai se había vuelto un poco presumido. Era taimado, en ocasiones cáustico, horrible con las mujeres, un buscapleitos lo llamó Chaeryeong, y un mentiroso.

Ryujin había tenido esa sensación terca de lealtad con él porque habían sido muy buenos amigos durante mucho tiempo.

Eso fue hasta que el tipo se acostó con su mujer. A fuerza de reiterar todas estas cosas a Ryujin, creo que al final la convencí, y unas pocas semanas después observé que ese estado de ensimismamiento desaparecía gradualmente.

Por supuesto, me di de baja del gimnasio y Ryujin me convenció para que me apuntara al suyo, donde descubrí que parte de la razón de ese cuerpo sexy de infarto por el que deliraba cada vez que la veía era que también nadaba después de cada sesión de entrenamiento. De alguna manera, las más de las veces, terminaba entrenando con ella y también nadando.

De hecho, en cierto modo cada una invadió la vida de la otra casi por completo. Nos turnamos quedándonos en el apartamento de la otra en días laborables siempre que podíamos; ambas nos contentábamos con ver la televisión o escuchar música, pero también lo pasamos bien yendo a restaurantes o al cine o tomando unas copas con amigos.

Al menos dos veces al mes tuvimos alguna clase de evento relacionado con el trabajo de Ryujin. Yo terminé citada en un artículo del periódico local como la acompañante habitual de Ryujin y última «mujer». Traté de que no me influyera.

Ryujin intentaba pasarse por el lugar en el que trabajaba los viernes y sábados, y eso significaba que Yuna y Chaeryeong y quien más estuviera con ellos esa noche, también aparecían.

Ryujin me contó que le gustaba verme trabajar, que le parecía sexy, pero Yuna dictaminó que estaba marcando su territorio delante de mis colegas y clientes.

Lo único que sabía era que estaba conmigo todo lo que podía y eso significaba pasarse mucho por mi trabajo. Y no me molestaba.

De hecho, la echaba de menos cuando no estaba.

Nuestro acuerdo no había resultado en modo alguno como yo había esperado, el acuerdo en realidad más o menos se derrumbó. Y en algún momento del proceso, dejé de preocuparme siempre y cuando significara que podía estar con ella sin preguntas atemorizantes sobre el futuro.

Estábamos en mi habitación, Ryujin estaba con los planos de Chaeryeong sobre un nuevo proyecto y estos se hallaban extendidos sobre mi cama. Yo estaba trabajando con mi máquina de escribir en el capítulo quince de la novela y satisfecha hasta el momento. Con toda sinceridad, estaba realmente animada con lo que estaba ocurriendo.

Los personajes se sentían más reales que nada que hubiera escrito antes, y sabía que era porque estaban basados en mis padres. Estaba mirando mis notas, tratando de entender si el diálogo que había escrito en esa escena era apropiado para mi protagonista. Cuanto más lo pensaba, menos fiel a ella me parecía, y quería cambiarlo sin cambiar lo que ella estaba intentando hacer. Estaba tan sumida en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de que Ryujin me estaba observando, así que me sobresalté cuando habló, con el corazón alojado en mi garganta al oír sus palabras.

QUINTA AVENIDA - Ryeji Donde viven las historias. Descúbrelo ahora