//Un demonio despreciable//

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La segunda creciente tenía entre sus manos al joven pilar, quien lo miraba con desagrado. De lejos el demonio no había podido detallar bien al cazador, pero ahora que lo tenía a escasos centímetros de él pudo verlo mejor.

Noto sus ojos ámbar quienes tenía leves -casi nulos- matices verdosos, sus cabellos rosados, sus pestañas del mismo color, pudo admirar su rostro, se veía tan delicado, definitivamente este era un pilar con una apariencia peculiarmente atractiva. 

Douma llegó a pensar que por su apariencia que ha de ser alguien débil, eso fue antes de recibir un fuerte golpe en su abdomen propinado por el pilar. Ahí se percató de la fuerza que tenía, definitivamente su apariencia era muy engañosa. El pilar desenvaino su katana y se preparó para cualquier ataque por parte del contrario.

- Tu apariencia si que engaña.- Dijo el pelirrubio.- Pensé que eras alguien débil, pero veo que no. Tienes tanta fuerza que con una patada pudiste deshacerte de mi agarré. ¡Que fuerza!- Elogió el demonio.- Aun así, no te confíes, solo pudiste separarte de mi porqué estaba distraído. La próxima vez no será tan fácil.- Sonrío con malicia la segunda superior.

- Respiración de la brújula segunda forma: Puntillas giratorias.- Rápidamente el pilar se aproximo a la segunda creciente y con su katana direccionó el ataque clavándole el arma en su hombro, para luego girarla bruscamente y cortarle el brazo.

- Buen golpe, ahora me toca a mi.- Diciendo aquello el pelirrubio ataca con sus abanicos al pelirrosa quien con eficacia esquiva el golpe, con ligero rocé el abanico izquierdo le hizo una cortadura superficial.- Eres rápido Akaza.- De un solo movimiento el mayor hace un corte en el brazo de su contrario, que hubiese sido de mayor gravedad si el pilar no hubiera esquivado el ataque.

- ¿Es todo lo que tienes demonio?- Preguntó con sarcasmo el pilar. El más alto con gran agilidad golpea al pelirrosa provocando que su cuerpo azotará contra un árbol.

- Lo siento mucho pilar. Fuera un deleite para mi seguir jugando contigo, pero tengo muchas cosas que hacer, espero y nos volvamos a ver porque eres alguien muy llamativo pilar. ¡Adiós!- Y diciendo eso se retira del lugar la segunda luna creciente, dejando allí en el suelo al pilar quien se levantaba con dificultad.

Ya en pie, pudo notar que el demonio se había marchado. Con enfado y a regañadientes, el cazador tuvo que irse a su choza en la cual se hospedaba, caminó durante un tiempo y pronto ya estaba en frente de la puerta de la cabaña, ingresó al lugar que podía llamarle hogar por el momento, se podría decir que el nombre era algo ostentoso, pero que se le podía hacer.

 El pilar arrogó su katana a un costado y se tumbó en el cómodo futón, sin dar espera se durmió, ya pronto vendría un nuevo día. En la mañana ideara algún plan para poder acabar con ese demonio, en este momento no tenía ánimos ni para alimentarse.

El sol invadía el cuarto del pelirrosa, tanto así que su resplandeciente luz se topó con los parpados de este mismo, quien con molestia frunce el ceño y abre sus ojos recibiendo los rayos solares directamente en sus ojos, con una mano bloqueó con ...

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El sol invadía el cuarto del pelirrosa, tanto así que su resplandeciente luz se topó con los parpados de este mismo, quien con molestia frunce el ceño y abre sus ojos recibiendo los rayos solares directamente en sus ojos, con una mano bloqueó con fastidio la intrusiva luz para levantarse y cerrar las cortinas. No debió haberse dormido tan pronto, al menos hubiera corrido las cortinas así no se hubiera despertado de una forma tan poco placentera.

¡Maldito Demonio!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora