VII

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Estaba tranquilo leyendó un libro sobre su cama, las mantas blancas cubrían sus piernas, su amada dijo que saldría de paseo con una amiga suya, era extraño que un angel caido fuera amiga de la princesa del infierno, pero nunca se metía en sus deciciones, por lo que pudo oler esa chica era una omega, le disgusto un poco la idea pero no podía negarce a los pedidos de su princesa.

Escucho la puerta de la recamara cerrarse, sonrió levantando su mirada para rápidamente cambiarla a una sorprendida, no se trataba de quien esperaba.

Se sorprendio demasiado al ver al soberano del infierno tambalearse de borracho, cerro su libro para dejarlo a un lado, se sentó al borde de la cama incrédulo de lo que estaba viendo, como el alfa se acercaba mas cada vez.

Cuando lo vió enfrente suya tambaleándose quizo preguntarle sobre su dolor, mas se sorprendio al ver como este se había sentado rapidamente en su regazo mientras colocaba sus manos alrededor de su cuello.

Sus ojos se tensaron, no sabía que hacer, la situacion se le hizo muy incomoda, el soberano solo estaba encima suya mientras lo observaba sin decir una palabra.

A-ala...stor..

Lo saco de su trance, coloco sus manos en su cintura para intentar bajarlo pero el soberano tenía mas fuerza que el, haciendo que se quedara sin opciónes, se ponía mas nervioso cada vez, al ver que no podía quitárselo de encima retiro sus manos dejándolas a un lado de su mismo ser, bajo sus orejas para voltear a verlo.

¿S-si su majestad?

Ere...es muy...lindo ¿Sabías?

Levanto sus manos queriendo jugar con sus orejas cosa que le provocaba una nueva sensacion al menor, ese cosquilleo en su espalda se le hacía muy extraño.

¡Nght!

Se cubrió su boca, sentía un punzante en su entrepierna, el soberano se movia mucho tratando de alcanzar la punta de sus orejas, ya que al ser mas bajo que el le dificultaba tomarlas.

S-señor creo que debería ir a su reca-recamara...

N-no... quiero...

Se cruzo de brazos mientras hacía un puchero, ya entendía de donde salia la actitud mimada de su hija.

Lucifer se movia cada vez mas, mientras su cola aparecia moviéndose de un lado a otro, gracias a ese movimiento el pulzante que sentía se hacia mas grande cada vez.

Se estaba poniendo muy nervioso, intento teletransportarse pero el rey lo ató con sus poderes, atrapandolo en su misma recamara.

Porfin Lucifer logro tomar sus orejas en sus manos, empezando a moverlas como si de un juguete se tratace.

Alastor se sentía mas nervioso cada vez, enfrente suyo tenia el pecho del soberano el cual tenía tres botones sueltos alcanzando a ver su pálida piel, sus ojos se pusieron negros, su instinto animal estaba apareciendo, aun temblando trataba de controlarse, no podía serle infiel a su amada y menos con su mismo padre.

Finalmente el soberano se aburrió de jugar con sus orejas sentándose completamente sobre su regazo.

¡Nght!

Ese calor en su entrepierna pedía algo mas, Lucifer bajo su mirada mientras tomaba el rostro ajeno.

"Quiero que me hagas el amor..." Susurro para dejar mas que sorprendido al menor, sus orejas se elevaron hasta el tope, queria detener todo eso, mas no sabía como, al estar atado con magia celestial no podía liberarse.

S-señor no puedo... Su hija y yo..

Sh....

Puso su pulgar encima de sus labios.

Charlie no tiene porque saberlo...De hecho ¿Quien es Charlie...? ¿Quien eres tú, Alastor? ¿Quien soy yo...?

Se sorprendió de que tan borracho se encontraba, hasta donde tenía entendido el soberano tenía alcanze para muchas botellas y aun seguir cuerdo, no se imagina que tanto abra bebido.

S-señor por favor, piense en su hija, su rayo de luz, no podemos hacer esto...

Sus ojos aun seguían negros, esa tentacion era grande, tener bajo a el al mismo rey infernal era un placer que nadie había tenido, por lo que sabía el matrimonio con Lilith no iba bien desde hace eones, llegando a dormir en habitaciones separadas desde hace un tiempo, se mordió el labio aun tratando de ignorar ese deseo.

Charlie...Mi hermosa Charlie, ya recordé...Ella es mi princesa, y tu me la quitaste...

Ahora definitivamente estaba confundido, hace dos minutos le había pedido que le hiciera el amor y ahora estaba reclamándole por estar con su hija.

¿Por que amas a mi hija y no a mi...?

Se sorprendio ante esa pregunta, quería pensar que era mentira, que había entendido mal las palabras del rey, no quería pensar que realmente las razones de sus celos eran hacía el y no hacía su hija.

S-señor... Charlie llegara en cualquier momento...

Desvió el tema algo incomodo, el pulzante aun seguía en su entrepierna pero decidio ignorarlo.

Ya lo se...No sabes cuanto me lastima que prefieras a mi primogénita que a mi...Y que por esa misma razon no puedo hacer nada...Nunca lastimaría el corazon de mi hija por mis sentimientos...

E-entonces no haga esto, libereme y lo llevare a su recamara para que se recueste y tome una siesta...

Solo si te quedas a dormir conmigo...

S-señor...

Si te quedas a dormir conmigo te libero ¿Trato?

Volvio a crusarce de brazos tal niño pequeño, el menor suspiro para fingir la mejor sonrisa que pudo, sabía bien que un trato con Lucifer no se necesitaba un apretón de manos, solamente bastaba con decirlo.

Esta bien señor, es un trato, me quedare a dormir con usted.

¡Perfecto!

Chasqueo sus dedos liberando al menor el cual lo tomo entre sus brazos al soberano al ver que no podía ni caminar de lo borracho que estaba.

Llegaron a la recamara real, la cual abrio con uno de sus tentáculos, camino hasta la cama del soberano posicionándolo en esta, cuando estaba apunto de retirarse una capa verde mezclada con amarillo lo cubrió, olvido el trato, volteo en su eje observando al ya dormido rey, suspiro para empezar a caminar rodeando la cama para subirce al lado libre, se quedo lo mas lejos que pudo para empezar a cerrar sus ojos, quería acabar con eso de una vez.

Lucifer dormido con sus poderes lo atrajo hasta el, haciendo que abriera sus ojos, lo abrazo recostando su rostro en el pecho del menor mientras sonreía plácidamente atraves de su sueño, Alastor se incomodo por eso, solo pudo suspirar para tratar de buscar una posición cómoda, mas no encontraba ninguna, recordo la postura en la que durmieron la noche anterior el y su amada, hizo una mueca para girar en su eje mientras posicionaba su mano en la espalda baja del soberano atrayéndolo a el, mientras que con la otra acariciaba los cabellos dorados del soberano, se quedo un rato observándolo dormir, no sabía que era esa sensación mas decidio ignorarla, cerro sus ojos para quedar dormido en un profundo sueño.

•TENTACIÓN• (Radioapple)-OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora