EXTRA: EL PRIMER ENCUENTRO

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LA SOLEDAD DE CLOY MCNAUGHTON

Lo que sentí importa. Pocos se detuvieron a preguntarme como me sentía. Creyeron que me sentía mal inventándose más cosas que algunas fueron ciertas y de las cuales nunca me preguntaron a antes de comentarlas.

Antes de ser amigo de Cloy mi estado social estaba en un punto medio, ella me dio popularidad aparte de que comencé a ser capitán del equipo de lacrosse al que pertenecí desde mi segundo año en el instituto. Popularidad porque ella fue de lo más comentado y digamos que también tuve culpa en eso. Por querer ser únicamente su amigo.

Charlie mostró su fastidio a ella y a todos les impresionó solo por ser más grande el problema de lo que ya era. Sí, ella me trajo problemas.

Inmensos.

Muchos.

Descomunales.

Y de cierto modo me gustaba.

Julio, 2018

En la escuela primaria algunos niños pidieron que se les enseñara a jugar lacrosse en vacaciones. El entrenador Miller ya me tenía en la mira por lo que me pidió colaboración, fue una oportunidad tan única que cancelé el viaje a Portugal con mis padres solo para sumar experiencia en mi historial.

También renuncié a tener a Zuki, Cooper, Paolo y Bel en casa, se debía de seguir quedando en casa de tía Marlene como petición de mis padres.

Charlie tampoco tenía que hacer así que decidió acompañarme y colaborar las tres semanas. La dinámica iba bien con los niños que eran receptivos e inteligentes y todos les enseñábamos cosas, la presencia de mis compañeros aflojó en la segunda semana y antes de la tercera en el fin de semana todos dijeron en casa de James que no irían.

—Las vacaciones son para levantarte tarde no atender a niños que se comen los mocos —comenzó Dick.

Se rieron y estuvieron de acuerdo.

—Entonces también tienes siete años porque te comes los mocos —le dijo James.

—¡Yo no me...!

No terminé de escuchar la protesta porque Mariana se me acercó para darme un beso en la mejilla bastante cerca del labio.

Al separarse un poco solo miraba a Roger que nos observaba enojado.

—Saltarían chispas si tuviera un encendedor cerca —comentó bajito riéndose.

Sobó mi cabello por debajo de la nuca despertando un cosquilleo estúpido. Incluso Tyler se dio cuenta y se rió ahogadamente de mí. Abrió los brazos para que ella lo saludarla, solo que no recibió un beso sugerente.

Según ella por lo que le había dicho él, Roger era inmune a sentimientos si de ellos se tratase. Con otros chicos sí se ponía celoso, por ejemplo conmigo. Lo bueno de todo ese asunto era que Mariana no me interesaba, me gustaba su amistad y personalidad. Toda amiga de Tyler la consideraba mía y aplicaba para las de Charlie igual.

Me puse al corriente de lo que los demás comentaban; todos estaban de acuerdo con Dick en no ir a dar clases de lacrosse, los únicos que si decían ir era Charlie, Tyler y Jerry que decía que no hacía nada en su casa.

—Son unos egoístas —les decía Charlie apuntándolos con los dedos.

Todos estábamos sentados en el mueble o suelo bebiendo, ellos, cerveza. Yo soda aunque no era mi preferida. Para esas reuniones a veces iban las porristas, por lo que había risitas femeninas por aquí y por allá escuchándose.

—Si no quieren ir, está bien. Pueden descansar —dije—. Podemos turnar la presencia los que quieran ir. Miller nunca habló de ser obligatorio.

Tyler y Mariana estaban un poco más allá investigando en internet los componentes que dictaban en la lata de cerveza, soda y refrescos. Riéndose y disfrutando de la compañía, me sentí feliz que pudieran hablar de todo y no tanto de Roger Guzmán. No estaba de acuerdo en que ella le diera celos a él, era tan hermosa que no merecía demostrarle a Roger que ya no sufría por él al verla con otros.

Descaradamente Problemática ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora