CAPÍTULO 10

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Ya tengo avances con la terapeuta, por fin le he dado algo de leer sobre mí. No estoy ansiosa.

Diecinueve semanas antes

Normalidad

El lunes mientras estaba intentando arreglar mis libros en el casillero Jerry Taylor se me apareció por un lado.

—Quería disculparme de nuevo por lo que pasó el jueves. Fui un confianzudo, brusco y grosero e hice que por eso te resfriaras. Me siento culpable y ya sé que no me perdonaras pero quiero que sepas que me siento como el lodo ese.

—Mojado.

—No, mal.

No era el mismo contexto que había conceptualizado, sin embargo, no comenté al respecto mirándolo seria reparando su aspecto; piel blanca con pecas, ojos azules y casi de mi altura. En ese momento no descifré si era buen chico o no, su expresión demostraba que estaba avergonzado.

—Supéralo Taylor, y, no te perdonaré. No hago nada que no sienta.

—Solo quería decirte lo apenado que me siento, debió ser incómodo e insoportable tener un refriado.

—No se me ha quitado, si sigues aquí frente a mí, se te pegará y me burlaré si te enfermas cuando te estoy advirtiendo que me alejaras.

—De acuerdo —murmuró—, nos vemos.

—¿Cómo tienes mi número telefónico?

—Se lo pedí a Luz.

—No molestes con mensajes.

Estuvo de acuerdo con un asentimiento y se fue. Mary Anne nos miraba curiosa, la ignoré, cogí mis cosas sacando aire pensando que era demasiado drama escolar en mi existencia.

Esa semana pasó algo lenta y con más normalidad, no tenía detrás a los jugadores y Cinhtya apenas me daba la cara, Lucas no me despreciaba tanto al verme vulnerable en la lluvia, aun guardaba sus distancia conmigo. Luz le había dado mi número a Jerry porque era amable y estaba arrepentido, no me pareció la idea pero ya le había quitado importancia, eso la tranquilizó porque pensó que me molestaría con ella

Sabía que faltaba algo y que por ahora debía hacerlo por mi misma ya que había rechazado a Matthew, y no estaba arrepentida por eso.

Dieciocho semanas antes

Tatuaje

La terraza de Logan era asombrosa como la de mi casa. Todo el paisaje se veía libre desde las alturas y el contraste con el cielo que parecía infinito le aportaba aun más naturaleza con la urbanidad que ya tenía de por sí.

Ese día me había pedido ir a su casa a darle consejos a cómo actuar en su primera cita con Chelsea Stone, la chica con la que lo vi en la fuente de soda, pero fue más para calmarle los ridículos nervios. Desde que había llegado había dicho una cantidad de palabras que no le presté atención para que se diera cuenta y se relajara.

—Dime quien te dijo que no sabes coquetear —pedí al girarme.

—Tyler. Además Mariana lo confirmó, dijo: «Por el Buda Logan, no sabes coquetear.» y quiso darme clases pero no funcionó.

—Tendría que haber funcionado, a menos que no haya sido buena. Tendría de haber sido buena, ya que tú eres malo... —Solté una carcajada suave de burla—. Maldición, Logan.

—Ninguna de las anteriores, Mariana es encantadora. No funcionó porque ella dijo que si me besaba te enojarías con ella.

Deformé mi cara en extrañeza.

Descaradamente Problemática ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora