𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝐼𝐼𝐼 ~Genocidio~

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Estaba llendo a la velocidad de la luz en mi carroza, tratando de alcanzar lo antes posible a esos demonios

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Estaba llendo a la velocidad de la luz en mi carroza, tratando de alcanzar lo antes posible a esos demonios. La verdad, no me importaba si llegaban a matar a las personas que estaban allí. A pesar de que mi familia era sumamente importante, eso no quitaba el hecho de que había muchísima gente que nos detestaba, y pensaban que éramos servidores de Satanás por nuestros grandes descubrimientos, por lo que si por alguna razón los demonios trataban de regalarme ese pequeño gusto de acabar con ellos, tal vez hasta se los agradecería.
La única persona que realmente me importaba era mi padre, y sea como sea llegaría hasta allí para salvarlo de esos malnacidos, porque si bien me harían un favor asesinando a todo ese maldito pueblo, jamás en la vida les perdonaría si llegarán a hacerle daño a mi amado padre... La única persona junto a mi madre, que logró darme un lugar en este maldito mundo de bestias.

Las ramas de los árboles golpeaban mi carroza y mi cuerpo, y de hecho que aún seguía teniendo varias astillas en mi rostro... Tuve un dolor tan grande que se me había olvidado quitarmelas.
Iba tan rápido como podía. Aproximadamente, faltaba solo un poco para llegar, sin embargo, a pesar de aun no estar en el lugar, de pronto volví a sentir esa terrible sensación de terror recorrer mi cuerpo.

A la lejanía logré oír perfectamente un grito de horror y agonía... Tal fue el sonido, que toda la piel se me erizó completamente. Mi mente estaba bloqueada, de cierta forma, ni siquiera era capaz de maquinar la escena en mi cerebro, pero ese grito ya me daba una pequeña idea de lo terrible que podría estar siendo todo, dandome espacio, solo para pensar en mi pobre papá.

Finalmente llegué... Y decidí bajar de mi carroza de un salto, para ponerme de frente a la escena que transcurría.

Mis ojos simplemente no podían creer lo que veían... Me sentía como si estuviera en el mismísimo infierno.

El pequeño pueblo estaba en llamas, habían personas corriendo y gritando desesperadas por todas partes, algunas ya ni siquiera tenían algunas de sus extremidades... Incluso habían otras que yacían completamente descuartizadas en el suelo. Habían brazos, piernas, órganos, cabezas y de todo lo que uno se podría imaginar esparcidos en cada rincón o amontonados en una enorme pila. Los gritos de desesperación y terror hacían que el ambiente se volviera 1000 veces más macabro. ¿Este era el destino que me esperaba también?

Estaba completamente paralizada viendo como las personas moribundas corrían por salvar su vidas.

De pronto mi atención fue atraída hacia otro lugar... Había una mujer completamente desnuda que se arrastraba por el suelo mientras suplicaba aterrorizada... Finalmente vi a uno de ellos...
El demonio de los ojos verdes, que se hacia llamar Karaku, estaba frente a esta mujer, observándola de manera siniestra mientras sonreía sádicamente.

—Tu cuerpo es bonito— el chico se relamió los labios y la analizó detenidamente.

—T-t-e lo... Agradezco... Si me dejas... V-vivir.... Yo podría ofrecerte mis servicios...— la mujer hablaba desde el suelo con la voz llena de terror, estaba temblando y tenía la piel pálida por el miedo.—... Y-YO PODRIA TENER SEXO CONTIGO CUANTAS VECES QUIERAS.... P-PERO... POR FAVOR ¡¡¡DEJAME IR!!!—

逃亡者 ~𝐅 𝐔 𝐆 𝐈 𝐓 𝐈 𝐕 𝐎 𝐒~ | 𝐻𝑎𝑛𝑡𝑒𝑛𝑔𝑢 𝐶𝑙𝑜𝑛𝑒𝑠 & 𝑇𝑢 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora