逃亡者 ~𝐅 𝐔 𝐆 𝐈 𝐓 𝐈 𝐕 𝐎 𝐒~
La historia de una realidad donde la cuarta Luna Superior se sale del control de Muzan y decide huir para asegurar su supervivencia.
Durante su camino como fugitivo, encuentra a una bella joven humana, que experimen...
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Había pasado otra larga semana desde aquel encuentro lujurioso entre la doncella y el demonio del odio, el cual, se dió con la intención de intervenir en los planes de Hiroko con ella. Aunque este resultó "exitoso" y la chica no llegó a la cena, de igual forma, no terminó completamente en lo que Zohakuten hubiera querido, que era ver al cazador devastado y con el corazón roto.
Desde el día en el que estuvo espiando a ambos para darse cuenta de que todo estaría bien, estuvo dedicando plenamente su tiempo a continuar ideando hazañas con el propósito de intervenir lo más que fuera posible entre ambos...
Ahora más que nunca tenía deseos de jugar y destruir todo lo que estuviera en su camino, pues no solo tenía una guerra contra ese maldito cazador que tanto odiaba, si no que también se metería con las 4 emociones que conformaban su cuerpo por puro morbo de verlos a todos sufrir... Claro... Pues para poder hacer esto su objetivo principal era la mujer, y no podía simplemente matarla porque eso no solo sería algo rápido y estúpido, sino que mas bien lo metería en graves problemas con Hantengu, y eso definitivamente era un dolor de cabeza que a toda costa preferiría evitar. Pero si que podría hacer otras cosas con ella, como torturarla por ejemplo, y tenerla bajo amenaza constante todo el tiempo, para que así la muy estúpida siguiera sus órdenes como una ridícula suplicando por la vida de las dos personas importantes para ella.
Durante toda la semana, se dedicó a meterse en cada pequeña oportunidad que tenía para estropear algún encuentro entre ambos... Por ejemplo, un día después de lo sucedido esa vez, Hiroko invitó a la chica a un pequeño picnic. En esta situación, Zohakuten estaba completamente en desventaja por el hecho de que harían su pequeña actividad afuera y durante el día, y por supuesto que para él era prácticamente imposible salir, pero aun así, se las arregló para poder intervenir.
Pues obligó a Urami a meter la pata de nuevo, aunque sabía que eso le podría costar caro en el sentido de que debería ir por un tipo de humano específico y cazarlo como recompensa para su aliado.
Urami se encargó de destruir los preparativos de la cesta y de paso también, hizo todo un drama, inventándose una historia bien rancia para llamar la atención de la chica y que así al final decidieran cancelar el pequeño encuentro entre ambos por quedarse a ayudar al demonio, que solamente fingía una demencia horrible.
—Sí no me pagas por esta humillación ya vas a ver lo que te haré— fueron sus palabras dirigidas al más bajo antes de ir a hacer su tremenda payasada.
Pero esto no fue suficiente, pues otra vez se pusieron de acuerdo para ir a tomar un buen día de relajo en el lago del pueblo, casi como una excursión.
Zohakuten no se dio por vencido y esta vez optó por una medida más drastica. Una noche antes, sin que nadie lo viera, se escabulló fuera de la casa, llendo en busca de algún tipo de hiedra venenosa que creciera entre los arbustos del bosquecito más cercano. Luego de un largo rato, encontró una planta que al tomarla hasta a él mismo le generó irritación en las manos.
