𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑋𝑋𝐼𝑋 ~¡Que Comience la Guerra!~

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Mientras la joven yacía desmayada y desnuda en su cama, colocada en la posición más incómoda posible, un poco más arriba, y en un pequeño apartado bajo techo y cristal que había en la terraza, se encontraba Hiroko sentado esperando en la mesa que ...

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Mientras la joven yacía desmayada y desnuda en su cama, colocada en la posición más incómoda posible, un poco más arriba, y en un pequeño apartado bajo techo y cristal que había en la terraza, se encontraba Hiroko sentado esperando en la mesa que había preparado. Era una mesa muy bonita, con utensilios bellos, copas de vino, y adornado con velas y manteles de encaje.
En verdad se había esforzado por preparar algo bonito, sumado a que también consiguió un precioso ramo de tulipanes rosas, blancos, y amarillos.

El chico estaba reposado sobre su ante brazo mientras jugueteaba un poco con un tenedor, ya había pasado media hora y la muchacha no aparecía.
En realidad no sabía cómo sentirse. Tenía una ansiedad muy fuerte en el pecho, pero al mismo tiempo comenzaba a deprimirse. Le parecía raro que (Tn) todavía no hubiera aparecido, tomando en cuenta que ella suele ser muy cumplidora cuando se compromete a algo, casi nunca le falla a las personas.

"¿Le habrá pasado algo?"

Se preguntó así mismo intentando convencerse de que sólo estaba retrasada y que para nada se había olvidado de él o peor aún, que solo lo dijo por quedar bien pero que no aparecería ni de chiste.

Tomó uno de los relucientes cubreplatos en la mesa, y observó su propio reflejo en él. De inmediato se fijó en los pendientes que traía.
Sus característicos pendientes azules que eran como tiras eran en realidad un símbolo de lealtad al clan Datenshi... Ahora que ya no tenía que servir a esa familia ya no era necesario utilizarlos.
Se los quitó y los guardó en uno de sus bolsillos para más adelante tirarlos.

—¿Quiere que le sirva un poco de la cena, joven?—  preguntó un mayordomo que se había quedado esperando por cerca en caso de necesitar asistencia durante la cena. Hiroko solo volteo a verlo con una sonrisa apagada, sin quitar su amabilidad a pesar de su frustración de por medio.

—No no... Esperemos un poco más— respondió intentando esperanzarse de que la chica solo estaba retrasada.

Y asi continuó pasando el tiempo.
Ya eran 40 minutos de retraso, luego 1 hora, 1 hora y media, 2....
El peliazul decidió abrir la botella de vino y comenzar a beberla ahogando la total frustración del momento. Se negaba a creer que (Tn) lo hubiera dejado plantado, pero lo que veían sus ojos le mostraba lo contrario.

Ya eran las 11 de la noche, y el joven ya había consumido la botella en su totalidad. Ya no tenía planes de seguir sobrio, pero aun en su ebriedad seguía necio con esperar a que apareciera la chica.
Finalmente cayó dormido sobre la mesa, sin estar más consciente de nada, solamente con la insistencia de que (Tn) llegaría... Quizá un poco más tarde.

 Quizá un poco más tarde

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逃亡者 ~𝐅 𝐔 𝐆 𝐈 𝐓 𝐈 𝐕 𝐎 𝐒~ | 𝐻𝑎𝑛𝑡𝑒𝑛𝑔𝑢 𝐶𝑙𝑜𝑛𝑒𝑠 & 𝑇𝑢 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora