逃亡者 ~𝐅 𝐔 𝐆 𝐈 𝐓 𝐈 𝐕 𝐎 𝐒~
La historia de una realidad donde la cuarta Luna Superior se sale del control de Muzan y decide huir para asegurar su supervivencia.
Durante su camino como fugitivo, encuentra a una bella joven humana, que experimen...
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(P.o.v) Omnisciente
La noche de pasión entre el demonio de la ira y la hermosa mujer continuó su ejecución en la habitación de la muchacha. Ambos se habían perdido completamente en el cuerpo y en las sensaciones que se producían entre ambos, tanto así, que ninguno se percató de que 3 pares de ojos color verdes, azules y amarillos, acechaban camuflados desde uno de los árboles, con sus quijadas tocando el suelo, completamente bravos por la rabia y los celos.
La mañana cayó en un abrir y cerrar de ojos. La joven peli (Cdc) comenzó a despertar nuevamente, soltando un largo bostezo sintiendose bastante cansada, ya que había dormido muy poco y su cuerpo estaba totalmente exhausto por todo el "ejercicio" que había hecho las 2 últimas noches, en especial la anterior, pero que aún así, sin dudas deseaba volver a repetir en otra ocasión.
La joven se volteó delicadamente, llevandose la grata sorpresa de que Sekido aún estaba con ella. Él estaba durmiendo tan plácidamente, con el rostro relajado y cubierto únicamente por las sábanas de la cama. La chica lo miró detenidamente para enseguida pasar de manera suave su mano por una de las mejillas del moreno. Suspiró lentamente mientras analizaba cada facción de él, su piel, sus cuernos, su cabello, aquella expresión de tranquilidad... Literalmente, parecía un perfecto ángel de la muerte, descansando junto a ella.
En seguida, el azabache se percató del tacto de la joven en su piel, por lo que de inmediato, fue abriendo de manera pausada los ojos, para así encontrarse cara a cara con su ahora amada mujer.
—¿Cómo estás?— preguntó ella con ternura y una dulce sonrisa en los labios.
—Yo bien... ¿Y tú?— preguntó viéndola fijamente con su ronca voz de recién despierto.—... ¿Cómo te sientes?—
—Algo exhausta...— respondió ella mientras un ligero sonrojo tomaba sus mejillas.—... Y me duele un poco el vientre...—
—Pues será mejor que te vayas acostumbrando— una pequeña sonrisita brotó de los labios del mayor, intensificando todavía más el sonrojo de la oji (Cdo).—... Porque esta solo fue la primera vez de muchas...—
En seguida, el demonio se acercó a ella y le regaló un beso ligeramente tosco, mientras que pasaba sus manos por su espalda y cabello, sintiendo la suavidad de estos y todo con la intención de provocarla para que se excitara de nuevo.
—Sí lo hacemos ahora, tendrás que conseguirme una silla de ruedas...— dijo algo risueña la joven en medio del beso, recibiendo una brusca mordida en su labio inferior como respuesta.
—No suena como una mala idea—
Luego de un par de mimos y caricias algo candentes, la joven se levantó rápidamente de la cama, ya que se había dado cuenta de que si continuaba dando lana, terminaría postrada en la cama sin poder caminar en quizá una semana.
