El sonido del silencio

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Mientras la noche avanzaba, los asistentes se dejaban llevar por la música y el alcohol. Las risas resonaban en el aire, mezcladas con conversaciones animadas y murmullos de emoción. La pista de baile estaba repleta de personas que se movían al ritmo de la música, algunos con pasos coordinados y otros simplemente dejándose llevar por el momento. El bullicio era constante, con voces elevadas y risas contagiosas que llenaban el ambiente de alegría y euforia. Los efectos del alcohol se dejaban sentir, con algunos asistentes más atrevidos que otros, mientras que las risas y los abrazos se multiplicaban en cada rincón de la fiesta. Era un espectáculo de diversión desenfrenada, donde el tiempo parecía detenerse y la noche prometía ser larga y memorable.

A medida que las copas seguían llegando, Martin se sentía cada vez más animado por el ambiente festivo y el efecto del alcohol. Entre risas y chistes compartidos con sus amigas, apenas notaba cómo el tiempo pasaba.

Pronto, el ritmo envolvente y las melodías pegajosas llenaban el lugar, atrayendo a todos a la pista de baile.

Martin se dejó llevar por el ritmo contagioso de la música, y enseguida se vio envuelto en una danza desenfrenada. Movimientos audaces y libres lo llevaron a girar y saltar, mientras el sonido vibrante lo inundaba todo a su alrededor. Sin darse a pensar cuenta, una multitud se formó alrededor de él, animándolo con gritos y aplausos, mientras se convertía en el centro de atención de la fiesta.

Los miembros de Ecos del Abismo, intrigados por el alboroto, se acercaron para observar la escena. Las chicas intercambiaban sonrisas cómplices entre ellas, reconociendo la energía y la habilidad de Martin para cautivar a la multitud. Con cada movimiento, parecía irradiar una alegría contagiosa que se extendía entre los presentes, creando un ambiente festivo y animado.

Mientras Martin continuaba bailando, la música lo envolvía como una corriente eléctrica, y su entusiasmo contagiaba a todos los que lo rodeaban. Era como si estuviera en su propio mundo, completamente absorbido por el ritmo y la emoción del momento. Y aunque Juanjo y Lucas observaban desde la distancia, no podían evitar sentirse atraídos por la energía magnética que irradiaba en la pista de baile.

El batería no pudo resistirse a unirse al círculo de espectadores que se formaba alrededor de Martin. Entre gritos de ánimo y asombro, se unió a sus compañeras de banda, impresionado por lo bien que se desenvolvía aquel chico en la pista de baile. Su voz se perdía entre la música, pero sus gestos expresaban claramente su admiración por la habilidad de Martin para captar la atención de todos.

Mientras tanto, Juanjo se acercó de mala gana al grupo, sintiéndose un tanto desplazado por la atención que su rival estaba recibiendo. Aunque intentaba disimularlo, no podía evitar observarlo en silencio, siguiendo cada uno de sus movimientos con una mezcla de sorpresa y resentimiento. A pesar de ello, no podía negar la habilidad de Martin para destacar en la fiesta, y una pequeña parte de él se sentía impresionada por ello.

Juanjo no pudo evitar imaginarse a sí mismo en su lugar, sintiéndose tan libre y a gusto como él aparentaba estar. Se vio moviéndose con la misma soltura y confianza, sin preocuparse por lo que pudieran pensar los demás, simplemente dejándose llevar por la música y el momento, atrayendo las miradas de todos a su alrededor, incluida la de Martin.

El peso de la mirada del rockero sobre el bailarín se sintió como una carga pesada y abrumadora. Hacía que Martin rápidamente perdiera toda su confianza y se sintiera vulnerable y expuesto, como si cada movimiento fuera examinado minuciosamente por su rival. Con el corazón latiéndole con fuerza, decidió actuar rápidamente para desviar la atención lejos de sí mismo.

Sin pensarlo dos veces, tomó a sus compañeras de banda y las llevó al centro de la pista de baile. Con movimientos enérgicos y gestos divertidos, comenzaron a bailar juntos, desviando así el foco de atención a su persona y dispersando el grupo que antes los rodeaba. La música llenó el espacio mientras los asistentes se unían a la pista, rompiendo el círculo que habían formado alrededor de Martin y redistribuyendo la energía de la celebración.
Mientras giraba en la pista de baile con Violeta y Bea entre risas y gestos juguetones, notó cómo Juanjo se alejaba lentamente de la multitud, con un botellín de cerveza en la mano y la mirada perdida en algún punto distante. La expresión pensativa en el rostro del rockero no pasó desapercibida para Martin, quien, aunque inmerso en la diversión del momento, no pudo evitar sentir una punzada de curiosidad al ver a su rival apartarse de la fiesta.

Choque de acordes ★ JUANTINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora