Choque de acordes ★ JUANTIN

Nuevo comienzo

★¡AVISO DE CONTENIDO EXPLÍCITO!★

Diez minutos. Ese es el tiempo que Juanjo había necesitado para que Martin lo perdonara y se encontrara cediendo a sus sentimientos.

A pesar de ser ese su objetivo desde que había salido por la puerta de su ático, una parte de él se sentía profundamente culpable por haberlo logrado tan fácilmente después de todo.

El beso se volvió un poco más urgente, como si intentara compensar de alguna manera el dolor que había infligido. Pero, en el fondo, sabía que los gestos físicos no podrían borrar el sufrimiento que su chico había atravesado por su culpa.

-Si todavía no te sientes preparado... -dijo separándose lentamente- No tenemos por qué hacerlo. No quiero que sientas que he venido sólo por esto, podemos parar hasta que te sientas bien y asimiles todo... Yo... Puedo aguantar. Hasta que estés listo.

-¿Qué te hace pensar que quiero parar? ¿Acaso no he sido yo el que se lanzó a tus labios?

-Sí, sí, pero... No tienes por qué seguir si no quieres. Acabamos de reconciliarnos, hace unas horas me odiabas por haber sido el novio más pésimo de la historia e igual...

Martin no lo dejó terminar. Se lanzó nuevamente a su boca y lo calló con un beso. Juanjo apenas pudo reaccionar, quedándose quieto y sin corresponderlo.

-Martin, te he hecho mucho daño...

-¿Me dejas corresponder a tus sentimientos? -lo interrumpió-. Si quiero estar enamorado de mi pésimo novio, estaré enamorado de mi pésimo novio. Me da igual lo que haya pasado entre nosotros estos días y no me importa si crees que no eres merecedor de mi amor. Estás aquí. Conmigo. Has venido a disculparte y a recuperarme. Me quieres. Te quiero. Vamos a estar juntos. ¿Hay algo más que tenga que aclararte o puedo seguir besándote ya?

Juanjo se limitó a apoyar su frente sobre la del chico y acarició su mejilla con la mano.

-Estoy acojonado, Martin.

-¿Por qué?

-Porque después de esto, de que tú me quieras así, ya nunca voy a ser capaz de querer a nadie más. Y me asusta que dentro de unos días te des cuenta de que a lo mejor te has precipitado conmigo y yo ya no sea capaz de dejarte ir. Te quiero tanto, tantísimo, que no puedo imaginarme la vida sin ti desde este momento. Así que piensa bien tu decisión, porque una vez que la tomes no habrá vuelta atrás.

-Cállate ya.

De nuevo, con una amplia sonrisa en su rostro, Martin posó sus labios sobre los suyos. Este fue un beso diferente, lento y cargado de sentimientos.

-Dios, como echaba de menos esto -murmuró Juanjo, mordisqueando su labio inferior.

Martin sintió un calor familiar inundarlo al escucharlo. Sus latidos se aceleraron cuatro veces más de lo normal, y sus cuerpos se comenzaron a clamar a gritos.

-Demuéstralo.

La respuesta de Juanjo fue inmediata. Se abalanzó sobre él con una pasión que había estado reprimiendo durante demasiado tiempo, empotrándolo contra el respaldo del sofá.

-Creo que soy adicto a ti -dijo contra su cuello, depositando cientos de besos que calentaron enseguida el interior del bohemio-. No voy a poder parar nunca.

En ese instante, lo levantó en sus brazos con facilidad, dejándolo sin aliento, y lo llevó hacia su habitación.

Al llegar a la cama, se dejó caer con Martin aún en sus brazos, haciendo rebotar el colchón. No le pasaron desapercibidos los muelles que todavía se seguían clavando en la espalda, provocando que se escapara un quejido de sus labios.