Más claro que el agua

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Los días fueron pasando con la suavidad de un río que fluye, llevando consigo la rutina y las preocupaciones cotidianas. Para Martin y Juanjo, cada día se convirtió en una oportunidad para encontrarse y disfrutar de momentos robados al tiempo. Como dos conspiradores enamorados, se escaqueaban frecuentemente de las quedadas que organizaban sus compañeros de banda, buscando cualquier excusa para pasar más tiempo a solas.

Sus encuentros eran un remanso de paz en medio del caos del concurso y la vida de la banda. Cuando estaban juntos, el mundo exterior parecía desvanecerse, dejando solo el presente compartido. Los sentimientos de ambos se intensificaban con cada momento que pasaban juntos, creando una conexión que se sentía tan inevitable como el amanecer tras la noche.

Martin sentía que su corazón se expandía cada vez que estaba cerca de Juanjo, como si su pecho fuera demasiado pequeño para contener tanto amor. Su presencia era como el sol tras la tormenta, iluminando incluso los rincones más oscuros de su alma. Cada risa compartida, cada mirada cómplice, era un recordatorio de la felicidad que había encontrado en este amor inesperado.

Por su parte, Juanjo sentía que estar con Martin era como sumergirse en un mar cálido y cristalino, donde podía flotar sin preocupaciones. Los momentos juntos eran como sorbos de un vino dulce, embriagantes y reconfortantes. Él era su refugio, su lugar seguro, y cada caricia, cada beso, fortalecía la certeza de que habían encontrado algo extraordinario.

Ambos se perdían en los ojos del otro, encontrando en esas miradas un universo entero de promesas y sueños compartidos. La complicidad que compartían era una danza silenciosa, una melodía que solo ellos podían escuchar. En esos momentos a solas, el amor que sentían era un fuego ardiente, imposible de apagar, una estrella que brillaba con intensidad en el firmamento de sus vidas.

Y así, entre risas y susurros, besos y caricias, Martin y Juanjo navegaban los días con la certeza de que lo que habían encontrado juntos era tan raro y hermoso como un eclipse, un fenómeno que, una vez visto, cambiaba para siempre la forma en que veían el mundo.

Los días comenzaron a teñirse de un dorado resplandeciente, anunciando la llegada inminente del verano. El sol brillaba con una intensidad creciente, calentando el aire y llenando el cielo de un azul claro y despejado. Aprovechando este clima perfecto, los miembros de Ecos del Abismo y Alquimia, decidieron hacer una escapada al río.

El sitio era un refugio secreto para los miembros de Alquimia, un lugar que visitaban a menudo después de los largos y tediosos turnos en la cafetería donde trabajaban. Allí podían relajarse, sumergiéndose en las aguas frescas y cristalinas y dejando que el estrés del día se disolviera en las corrientes suaves. Sin duda se trataba de un paraíso escondido, rodeado de árboles frondosos que ofrecían una sombra refrescante. El murmullo constante del agua fluyendo creaba una sinfonía natural que calmaba el espíritu. Las hojas verdes brillaban bajo el sol, creando patrones de luz y sombra en el suelo.

Al llegar, todos se sintieron instantáneamente más ligeros, como si la mera presencia del lugar lavara las preocupaciones de sus mentes. Los chicos se alejaron un poco del grupo principal, encontrando un rincón más apartado donde podían disfrutar de la compañía del otro en un entorno más íntimo. Para Martin, estar junto a Juanjo en ese entorno natural se sentía como estar en un santuario privado. La conexión con la naturaleza realzaba la conexión que sentía por él, haciendo que cada momento pareciera aún más especial. Juanjo, por su parte, sentía que el río y la naturaleza que los rodeaba amplificaban sus sentimientos, haciéndolos fluir con la misma claridad y frescura que el agua que corría junto a ellos.

Ambos grupos aprovecharon al máximo la calma y el respiro que ofrecía este lugar. Sabían que la fase 3 del concurso estaba a la vuelta de la esquina, la última antes de la gran final del festival. Este tiempo de relajación y rejuvenecimiento era crucial, un momento para recargar energías y fortalecer los lazos de amistad que los unían. 

Choque de acordes ★ JUANTINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora