Capítulo 16

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Jimin miraba en el espejo su vestuario y su leve maquillaje, sonrió ante su bonito reflejo plasmado en ese Cristal. Hoy Liam lo invito a salir como lo había estado haciendo desde que se conocieron.

—¡Liam, estoy listo! — exclamó, saliendo de su habitación, divisando al alfa sentado en el sofá en su espera.

—Te ves hermoso— Liam se levantó, mirando hipnotizado al omega.

—Gracias, tú tampoco te quedas atrás— sonrió tímido.

—Vamos, hoy nos divertiremos— pasó su mano por los hombros de Jimin y lo guio hasta el auto.

—¿A donde iremos? — preguntó ansioso, viendo como Liam lo abría la puerta.

—Es una sorpresa bonito— rodeó el auto y se subió en éste, empezando a manejar.

—No es justo— frunció sus labios, no era fan de las sorpresas, pues la espera lo volvía ansioso.

—Te aseguro que la pasaras bien, no te secuestraré— sonrió —¿Quieres música?

—Sí.

El alfa al oír la aceptación no dudo en colocar las movidas canciones, sintiéndose feliz al escuchar a Jimin cantar la letra de estas, no tenía duda que ese omega alegraba sus días cuando estaba a su lado.

—¿Falta mucho?— preguntó Jimin, mirando a través de la ventana a los cerros y campos llenos de plantas verdes.

—Falta poco— respondió, mirándole.

Jimin hizo un pucherito, iban como media hora en marcha y aún no llegaban al misterioso lugar, pero lo que no iba a negar es lo bien que se sentía estar rodeado de la naturaleza verde junto a un aire puro. Mientras avanzaban más, pudo divisar en el horizonte carpas de colores muy gigantes, haciéndosela la idea de lo era.

—Liam ¿estamos yendo aun parque de diversiones? — preguntó emocionado.

—¡Sorpresa! — exclamó sonriente.

—Hace tiempo que no he visitado una feria, gracias— sonrió, recordando la última vez hace muchos años que visitó una feria.

Llegaron hacia el lugar, Liam estacionando el auto y bajando de este para ayudar a Jimin, que se podía notar la alegría es su rostro.

—¿A donde deseas ir primero? Tenemos al circo, la heladería, los juegos mecánicos.

—Vamos por algodones de azúcar— musitó, observando a los niños correr y otros caminar de la manos de sus padres.

—Delicioso, cuando era niño me gustaban mucho— dijo, caminando junto a Jimin.

No tuvieron que caminar mucho para que pudieran divisar un pequeño puesto lleno de algodones de azúcar de diferentes tamaños y colores.

—¿Cuál quieres, Jimin?— preguntó.

—Ese— señaló al algodón rosa. Que se le fue entregado por el joven que atendía.

—Muchas gracias— dijo Liam, al recibir su algodón color blanco.

—Está delicioso, nunca olvidaré esté sabor— empezó a meter a su boca pequeñas porciones.

—¿Quieres probar de este color? — al ver como el omega asentía, agarró un trozo de algodón blanco y lo llevo hacia la boca de Jimin.

—Umm— recibió lo ofrecido y cerró sus ojos en modo de disfrute —¿Prueba de éste? — llevó un poco de su propio algodón de azúcar a la boca del alfa que lo acepto gustoso.

—El tuyo está más rico— habló coqueto.

Ambos se miraron cómplices y empezaron a reír de sus locuras, pues los algodones de azúcar tenían el mismo sabor aunque su color sea diferente. Luego de acabar el dulce, empezaron a caminar, observando los diferentes puestitos donde vendían artesanías, juguetes y comida.

°°°° Bebé °°°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora