Capítulo 32

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—Alfa, es suficiente— refunfuñó el omega, alejándose de su Jungkook que tenía una bufanda en sus manos.

Hoy acompañaría a su esposo a la empresa, pero Jungkook insistía en que vaya abrigado, colocándole dos suéteres, guantes, un gorrito de lana, unos botines de cuero ante los primeros copos de nieve qué estaba descendiendo desde el cielo.

—Bebé, tienes que llevar esto, allá afuera hace frío— se acercó a su esposo que lo miraba con un pucherito y su rostro evidenciaba molestia.

—Solo esto y nada más, hasta me siento una bola de nieve con todo el abrigo qué traigo encima, alfa— refutó un poco insatisfecho, con su ceño fruncido.

Jungkook, terminó de colocarle la bufanda, dejando un beso en los labios abultaditos de su lindo omeguita, se sentía satisfecho al proteger a sus dos personitas del intenso frío. Él también no dudó en agarrar del perchero otro abrigo grande y colocárselo.

—Te ves hermoso mi amor, perfecto y muy tierno— besó las dos mejillas levemente rosas y frías.

—También te ves guapo con tu traje negro, alfa y con ese camisón te ves como si fueras de la mafia rusa— sonrió, ante su ocurrencia. Ahora que veía a su esposo tenía carácter y porte de mafioso como en las películas e historias que solía leer de vez en cuando.

Jungkook, sonrió al escuchar a su omega decir eso. —Gracias amor... Supongo que es un cumplido. Apresurémonos o llegaremos tarde.

Entrelazó su mano con la de su omega, ambos caminando hacia el automóvil estacionado fuera de su hogar. Subieron al coche, Jungkook verificando qué Taehyung traiga puesto correctamente el cinturón de seguridad.

—Bien... En marcha— habló el alfa encendiendo el carro.

Como siempre iban por la misma ruta que era directa y no se necesitaba cruzar muchas calles; podían ver las panaderías, las tiendas de chucherías, de juguetes y sin olvidar de mencionar a las personas que iban muy abrigados a realizar sus diferentes labores.

Entre vistazos a las tiendas y a lo que ocurría a través de las calles, llegaron a la empresa, Taehyung bajó del auto junto a Jungkook.

—Estaciónalo, por favor— habló Jungkook a un empleado entregándole las llaves, no quería ir al estacionamiento ya qué para que regrese hasta la puerta principal estaba un poco lejos y no quería que su esposo caminé mucho ante su estado avanzado de embarazo. Además, en el estacionamiento la única forma de subir desde allí hasta las oficinas era mediante las escaleras y no iba arriesgar a su esposo, pero por suerte ya mandó a instalar un ascensor.

—Buenos días, señor Jeon, buen día señor Taehyung— saludó la secretaria de ambos, haciendo una reverencia.

Estaban en la recepción, donde la oficina se su secretaria quedaba al frente de la de ellos dos.

—Hola, Ji-hye— saludó amablemente Taehyung. La secretaria ya estaba tres años trabajando junto a ellos y se sentían muy a gusto con ella, siempre era una profesional y con sus valores bien presentes.

—¿Cómo se siente con su embarazo? Se ve radiante— alagó, ante lo tierno y hermoso qué se veía su jefe.

—Gracias, Ji-hye, espero que, si me haya sentado bien, aunque ahora mi pancita pesa mucho más.

—Será un niño fuerte, le deseo mucha suerte en su embarazo, ambos serán unos buenos padres, señores Jeon.

—Gracias— dijo Jungkook, saludando con la mirada a la secretaria —Amor, iré a mi oficina a checar algunos papeles, puedes quedarte un poco más con Ji-hye, si así lo deseas.

°°°° Bebé °°°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora