EUPHORIA - JEON JUNGKOOK [MONOCHROME THREE]

014

Despertó soltando un bostezo, aún no se acostumbraba al nuevo horario europeo, si había algo en lo que todas las giras se parecieran era el constante cansancio, valía la pena, pero aún así no podía moverse de la cama.

Su teléfono sonó, ella lo tomó mirándolo con los ojos entrecerrados.

Ese chico parecía hacer lo que quisiera con ella, y no es como que le molestara.

La banda se estaba quedando en un airbnb, una propiedad privada, donde nadie los vería, lo entendía, pero acababan de llegar unas pocas horas antes ¿Cómo podían tener energía para eso?

La chica se tomó un largo tiempo en el baño, buscando despertarse y verse bonita pero aprueba de agua, salió del hotel, nadie vería eso raro ya que todos estaban haciendo lo mismo.

No había ninguna ciudad en el mundo que se comparara con Ámsterdam, debían explorarla y disfrutar el libre acceso al pecado.

Su-mi no sabía si conocería la ciudad ese día, quizás lo mejor era evitar al público de una vez por todas, sabía que muchos fanáticos europeos habían tomado la excusa del concierto para viajar días antes a ese lugar. Así que todo estaba colapsado de Army.

No podía arriesgarse, ya tenían el ojo puesto en ella.

Llegó a la dirección después de media hora, tocando la puerta, un poco nerviosa, aún no se acostumbraba a pasar tiempo con toda la banda fuera del trabajo, le parecía la cosa más extraña.

Lo que no tenía mucho sentido, porque sus mejores amigos eran la banda completa con la que había trabajado anteriormente, sin embargo, en su defensa tenían un amigo en común.

Con Jungkook era diferente, aunque también fuera el menor de su banda, el más consentido, Su-mi no era solo su amiga, no tenían la misma edad, se conocían de muy poco tiempo, y se habían conocido en ese ambiente laboral.

Bangtan no había hecho nada para hacerla sentir mal pero aún así no podía dejar de pensar que ellos temiendo por ella... cosa que era irónica, pero ella lo entendía por completo.

—¡Su-mi noona! —Jimin ladeó una sonrisa al abrir la puerta, ella tuvo que esforzarse por no bufar.

Ese niño era una amenaza, no tanto como Jeon que realmente había logrado su cometido, pero si lo suficiente como para molestarla un poco.

—Jungkook —me invitó.

—Y acaba de hacerme el día con eso —respondió —Sígueme.

Ella pasó siguiéndolo hasta lo que era el patio privado de la propiedad, con una inmensa piscina, muebles y una parrilla.

—¡Kim Su-mi! —exclamó Noeul abrazándola, Su-mi aún no estaba en buenos términos con ella, pero aún así era demasiado dulce como para rechazar su afecto —Vamos a que te cambies —la tomó de la mano.